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miércoles, 12 de agosto de 2009

LA VERDAD SOBRE LAS CRUZADAS




En la foto: Los Caballeros Templarios, formados por San Bernardo de Claraval, eran personas espiritualmente preparados para estar en la vanguardia de las batallas, en defensa de los peregrinos y de los lugares santos donde estuvo Nuestro Señor Jesucristo que eran saqueados y destruidos por los mahometanos.
A los musulmanes les encanta hablar de las Cruzadas… y a los cristianos les encanta pedir perdón por ellas.
Escuchando como relatan esta historia ambos grupos, uno podría creer que los musulmanes estaban ocupándose pacíficamente de sus propios asuntos en tierras que eran legítimamente musulmanas, cuando los ejércitos cristianos decidieron hacerles la guerra santa y “matar a millones”.
La Verdad:
Cada parte de este mito es una mentira. De acuerdo a las reglas que los musulmanes se aplican a sí mismos, las Cruzadas estaban perfectamente justificadas, y los excesos (excesos según los cánones cristianos) palidecen en comparación con el tratamiento que sufrieron históricamente a manos de los musulmanes las poblaciones conquistadas.
He aquí algunos datos rápidos…
La Primera Cruzada comenzó en 1095… 460 años después de que la primera ciudad cristiana fuese invadida por los ejércitos musulmanes; 457 años después de que Jerusalén fuese conquistada por los ejércitos musulmanes; 453 años después de que Egipto fuese tomado por los ejércitos musulmanes; 443 después de que los musulmanes saqueasen Italia por vez primera; 427 después de que los ejércitos musulmanes sometieran a sitio por primera vez a Constantinopla, capital cristiana; 380 años después de que casi toda España fuera conquistada por los ejércitos musulmanes; 363 años después de que Francia fuera atacada por vez primera por los ejércitos musulmanes; 249 años después de que la misma Roma fuera saqueada por un ejército musulmán, y sólo tras siglos de quemas de iglesias, asesinatos, esclavización y conversiones forzadas de cristianos. Cabe destacar que la zona que fue cuna del cristianismo fue un centro de masacres y conversiones forzadas, modo en que el mahometanismo se expandió bajo la sombra del terror.
Para cuando finalmente comenzaron las Cruzadas, los ejércitos musulmanes habían conquistado dos tercios del mundo cristiano.
Europa había sido acosada por los musulmanes desde los primeros años que siguieron a la muerte de Mahoma. Tan pronto como en 652, los seguidores de Mahoma lanzaron incursiones contra la isla de Sicilia, llevando a cabo 200 años después una ocupación completa que duró más de dos siglos y que estuvo jalonada de matanzas como la de la ciudad de Castrogiovanni, en la que murieron unos 8000 cristianos.
En 1084, diez años antes de la Primera Cruzada, los musulmanes desencadenaron otra incursión devastadora contra Sicilia, quemando iglesias en Reggio, esclavizando monjes y violando a las monjas de un convento antes de llevarlas consigo como cautivas.
Las Cruzadas estaban motivadas por el acoso a los peregrinos cristianos que partían de Europa hacia Tierra Santa, muchos de los cuales fueron secuestrados, hostigados, forzados a convertirse al Islam o incluso asesinados (Compárese esto con la justificación que el islam hace de sus matanzas sobre la base de que, en tiempos de Mahoma, a los musulmanes se les denegó el acceso a La Meca en sus peregrinaciones) .
Los cruzados sólo invadieron tierras que fueron cristianas. Nunca atacaron Arabia Saudita o saquearon La Meca como los musulmanes habían hecho (y continuaron haciendo) con Italia y Constantinopla.
El período de “ocupación” cruzada (de las tierras anteriormente suyas) duró menos de dos siglos. La ocupación musulmana está en su año 1372º.
El período de “agresión” cruzada comprende unos 20 años de campaña militar real, gran parte de los cuales se gastaron en la organización y el viaje. (Tuvo lugar en 1098-1099, 1146-1148, 1188-1192, 1201-1204, 1218-1221, 1228-1229, y 1248-1250). En comparación, la Yijad musulmana tan sólo contra la isla de Sicilia duró 75 escalofriantes años.
A diferencia de la Yijad, las Cruzadas nunca se justificaron con enseñanzas del Nuevo Testamento, ya que fueron una cuestión civil en el ámbito militar, y una cuestión teológica en cuanto a preservación de los lugares de Tierra Santa que eran prueba del nacimiento, vida, muerte y Resurrección de Jesucristo, que eran destruidos por los musulmanes. Este es el motivo de que las Cruzadas sean un hecho puntual entre catorce siglos de Yijad incansable que comenzaron mucho antes de las Cruzadas y que continuaron bien después de que éstas hubieran terminado.
El mayor crimen que se señala de los cruzados fue el saqueo de Jerusalén, en el que se dice que 30.000 personas fueron masacradas. Esta cifra es una pequeñez comparada con el número de víctimas de la Yijad, desde la India a Constantinopla o Narbona. Recordemos el último genocidio contra los armenios, en que fueron masacrados más de un millón y medio de cristianos. Sin embargo los musulmanes nunca se han disculpado por sus crímenes y nunca lo harán.
Lo que en otras religiones recibe el nombre de “pecado y exceso” en el Islam es llamado “el deseo de Alá”.

lunes, 10 de agosto de 2009

Descubren la cantera de las murallas


Arqueólogos israelíes han descubierto en pleno centro de Jerusalénuna cantera de la que se extrajeron grandes bloques de piedra para la construcciónde las murallas del Templo de Jerusalén hace 2.000 años.La cantera, de 1.000 metros cuadrados, fue descubierta en la céntrica calle Shmuel Hanaví de la moderna Jerusalén, durante una prospecciónextramuros previa a la edificación de unas viviendas,informó hoy en un comunicado la Autoridad de Antigüedades de Israel.
El arqueólogo Ofer Sión, director de la prospección, calcula que el lugarfue explotado hace unos 2.030 años, cuando Herodes remodeló el Templode Jerusalén para convertirlo en uno de los edificios más grandes y bellosde la región. Herodes, de origen idumeo, reinó en Judea entre el 40 a.C.y el 4 d.C. y, en su afán por ser aceptado por los judíos, expandió y reformóel templo hasta dimensiones sin precedentes en la zona, entre otrosproyectos de ingeniería que importó de Roma.El proceso de construcciónDe ese templo, que se hallaba donde hoy está la Explanada de las Mezquitas, queda únicamente el Muro de las Lamentaciones,el lugar más sagrado para el judaísmo, y en sus cimientos, en zonas excavadas bajo el nivel del suelo, aún pueden verse los bloques de piedra. “El inmenso tamaño de las piedras -de hasta 3 metros de largo por 2 de ancho y otros dosde alto- indican con un alto grado de probabilidad que eran destinadas a la construcción de los colosales proyectos de Herodes en Jerusalén, incluidaslas murallas del templo”, agregó el arqueólogo.Las piedras eran extraídas mediante profundas canaletas cinceladas alrededor de cada bloque de piedra, para después descolgarlo del suelo mediante cuñasde hierro o cinceles de 2,5 kilos. Los bloques destinados para las murallas del templo, que se hallaba a sólo un kilómetro de la cantera, pesaban entre dosy cinco toneladas. Hace dos años, durante otro proyecto de construcción de viviendas en el norte de Jerusalén, la Autoridad de Antigüedades halló otra cantera con bloques de un tamaño similar que, según se dijo en su día, también fueron parte del proyecto sagrado. Pero esa cantera se halla mucho más lejosdel perímetro de la ciudad antigua, a unos ocho kilómetros, lo que planteaba ciertas dudas por la dificultad para trasladar los bloques.El historiador contemporáneo del monarca, Flavio Josefo, escribe en susobras que el proyecto de construcción duró sólo dos años, pero el trabajoen las canteras ocho. Por lo que los arqueólogos deducen ahora queHerodes primero extrajo lo que pudo de la cantera que se encuentraen el centro de Jerusalén y después se vio obligado a buscar más al norte.Tan blanca era la piedra que buscaba, que consiguió confundir hasta al meticuloso Josefo, quien escribió que el templo de Jerusalénestaba hecho con mármol.FuenteDescubren la cantera de las murallas del Templo de Jerusalén

domingo, 15 de marzo de 2009

Kotel o Muro Occidental


El Primer Templo, o Templo de Salomón, fue contruido en el siglo X adC, y destruido por los babilonios en el 586 adC. El Segundo Templo, en tanto, fue reconstruido por Esdras y Nehemías a la vuelta del Exilio de Babilonia, y vuelto a destruir por los romanos en el año 70 de nuestra era.

Rezando a principios del año 1900

De acuerdo con la Historia, cuando las legiones del emperador Tito destruyeron el templo, sólo una parte del muro exterior quedó en pie. Tito dejó este muro para que los judíos tuvieran el amargo recuerdo de que Roma habia vencido a Judea (de ahí el nombre de Muro de las Lamentaciones).

Los judíos, sin embargo, lo atribuimos a una promesa hecha por Dios, según la cual siempre quedaría en pie al menos una parte del sagrado templo como símbolo de su alianza perpetua con el pueblo judío.

Nuestros sabios profetizaron que después de la destrucción del Templo la presencia divina nunca dejaría el Muro Occidental. Él está repleto de santidad eterna. Por esta razón el nunca será destruido.
El Kotel simboliza al Pueblo Judío, que también sufrió varios esfuerzos para ser destruido, y, así como el Muro, sobrevivió y se mantuvo a pesar de sus enemigos, y continua fuerte. Cuando D'os hizo su alianza con Abraham, dijo que esta seria eterna, asegurando la existencia eterna del Pueblo Judío.

Rezando en el Kotel,observese el pequeño espacio que habia antes de su Liberacion en el año 1967.

Durante los tiempos del Templo, los Judíos de toda Israel peregrinaban al Templo tres veces al año. Durante los 1900 años de exilio los Judíos siempre viajaron para Jerusalém para tener la oportunidad de rezar en el Muro, orando por la redención.
De 1948 a 1967, durante la ocupación árabe de Jerusalém, a los Judíos les fue prohibido acceder al lugar del Muro. Con la liberación de Jerusalém, en 1967, el lugar quedo abierto para que el Pueblo Judío pudiese orar en su lugar más sagrado.

Paracaidistas en el Muro,una de las fotos mas famosas de la Guerra de los 6 Dias

Festejos tras su Liberacion

Tres veces al día, por millares de años, los rezos judíos siempre fueron hechos en dirección al Muro en Jerusalém. Como decía el Rabino Yehudá HaLevi, "Estoy en occidente, pero mi corazón esta en Jerusalém.

Nuestra tradición mística dice que todas nuestros rezos van para el lugar del Templo, y de allá, ascienden para el cielo. El Talmud dice que si alguien está rezando fuera de la Tierra de Israel, su corazón debe estar dirigido para Jerusalém. Como dice la Biblia: "Y ellos rezaran para Ti a través de la tierra que Tu les diste, a través de la tierra que Tu diste a sus antepasados, la ciudad que Tu escogiste, en la casa que construi en Su nombre." (Reyes I 8:48).



Cuando el Primer y el Segundo Templos fueron destruidos, y durante la Revuelta de Bar Cojba, héroes de Israel lucharon como bravos leones para defender cada piedra del Templo. Ellos sirvieron como ejemplo de coraje para el Pueblo Judío. Como ellos, los soldados israelíes, en 1967, lucharon arduamente para liberar el Muro de los Lamentos (Occidental) y el Monte del Templo y reconquistarlos para la soberanía israelí.


Obama y El Papa,tambien rezaron alli

Camaras en Vivo...

miércoles, 4 de marzo de 2009

¿Auschwitz-Birkenau en peligro?


El tristemente famoso campo de concentración de Auschwitz-Birkenau está en ruinas y el Gobierno polaco no tiene los medios para financiar una restauración del lugar. Se necesitan 60 millones de euros para subvencionar las medidas más urgentes y 120 millones de euros para la totalidad de los trabajos. El Primer Ministro polaco, Donald Tusk decidió hacer un llamamiento a la Unión Europea para incitar a los países miembros a financiar esta empresa de renovación indispensable para la conservación del campo.


Una iniciativa respaldada por el Ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, en su encuentro con sus homólogos europeos en Bruselas la semana pasada.

“Es el momento en que debemos decidir si queremos realmente salvar, para las generaciones futuras, el último campo de concentración de la época de la última guerra. Esta memoria debe guardarse para siempre, en particular ahora que la negación del Holocausto está cada vez más presente”, declaró.

Según el diario polaco Dziennik, las primeras reacciones de los miembros de la Unión Europea fueron muy positivas: “Es una cuestión muy importante y no pienso que la crisis económica obstaculizará la creación de un fondo especial para el museo”, garantizó Jesus Carmona, portavoz del Consejo Europeo.

Para Sarga Klarsfeld, Vicepresidente de la Fundación para la memoria de la Shoah y recientemente uno de los quince miembros del consejo de la Fundación Auschwitz-Birkenau, la ayuda europea es necesaria: “No se puede imponer a un sólo país el peso de la conservación de tal lugar. Pienso que Alemania y Francia se darán cuenta de eso. Esta iniciativa debe ser europea ya que todos los países tienen un vínculo con Auschwitz en Europa. No creo que vaya a recibir negativas. No se puede dejar que Auschwitz desaparezca”, declaró en un periódico de gran tirada francés.

En 2008, el presupuesto del museo - institución del Estado, creada en 1947, por el Ministerio de Cultura – era de 6,8 millones de euros, de los cuales, 400.000 euros procedentes de subvenciones del extranjero, el resto financiado la mitad por las rentas del museo (libros y publicaciones) y la otra mitad por el Gobierno polaco.

Una cantidad ridícula respecto a los fondos realmente necesarios para la conservación de este lugar, parte fundamental para la perpetuación de la memoria.

sábado, 28 de febrero de 2009

Acab, rey de Israel

Autor: David Mandel

Acab, el séptimo rey de Israel, reinó durante veintidós años, en el siglo IX a.e.c. Durante su reinado disfrutó de paz con Yehudá, el reino hermano del sur y con los fenicios en el norte, pero en el este tuvo varias guerras con Siria. Embelleció su capital, Samaria, donde construyó un palacio decorado con marfil. Fortificó ciudades y reconstruyó Jericó.
Bajo la influencia de su esposa Jezabel, una princesa fenicia, construyó un templo para el dios pagano Baal en Samaria. El profeta Elías, tenaz opositor al culto de Baal, anunció que Dios castigaría al país con sequía, y escapó para evitar ser matado por Jezabel.
La sequía causó una gran hambruna en Samaria. En el tercer año de la sequía, Acab envió a Obadia, el gobernador del palacio real, hombre creyente en Dios, que había arriesgado su vida escondiendo en una cueva a cien profetas del Señor a buscar lugares de pastoreo para alimentar a los caballos y a las mulas.
Obadia se encontró con Elías, quien le pidió que anuncie al rey que había regresado a Israel. Acab, informado por Obadia, fue a hablar con Elías y lo acusó de causar problemas. Elías le respondió que quienes causaban problemas eran Acab y su padre por haber renegado de Dios y adorar al ídolo Baal.
Elías exigió una confrontación con los cientos de profetas de Baal que estaban bajo la protección de la reina Jezabel. El rey accedió. Los sacerdotes extranjeros no lograron prender fuego a la leña que estaba en el altar del dios Baal, y la muchedumbre, incitada por Elías, los llevó a un arroyo, donde Elías los degolló.
La sequía terminó repentinamente en una gran tormenta. Acab montó su carruaje bajo una fuerte lluvia, y el profeta Elías corrió adelante del rey todo el camino hasta Jezreel.
La reina Jezabel, furiosa por la muerte de sus profetas, amenazó con matar a Elías. El profeta huyó a Beer Sheva.
El rey Benhadad de Siria invadió Israel. Sitió la ciudad de Samaria y exigió de Acab que le entregue todo su oro, plata, esposas e hijos. Acab decidió luchar contra las fuerzas invasoras y atacó por sorpresa a las tropas sirias, derrotándolas. Benhadad logró escapar y regresó a su país. Un año más tarde atacó nuevamente, y esta vez, no sólo fue derrotado sino también capturado. Acab lo trató con benevolencia y firmó con él un tratado de paz, grave error que años más tarde pagó con su vida
Acab quiso adquirir un viñedo vecino al palacio pero Nabot, el dueño del viñedo, se negó a venderlo o a cambiarlo por un terreno equivalente. El rey regresó al palacio deprimido. Jezabel le preguntó a que se debía su mal humor, y Acab le contestó que Nabot no le quería vender su propiedad.
Jezabel le dijo que deje el asunto en sus manos. La reina consiguió que Nabot fuese falsamente acusado de blasfemia y condenado a muerte. Acab tomó posesión del viñedo.
El profeta Elías fue al viñedo, confrontó al rey, y lo acusó de asesinar a un hombre para apoderarse de su propiedad. Añadió que Dios castigaría a Acab por su pecado, que los perros lamerían su sangre, que su familia tendría el mismo mal final que tuvieron los descendientes de los reyes Jeroboam y Baasa, y que los perros comerían el cuerpo de Jezabel.
Acab, arrepentido, rasgó su ropa, y se puso un hábito de penitencia. Ayunó, se martirizó, y ambuló por el palacio, triste y deprimido. Dios, al ver el arrepentimiento de Acab, postergó, para después del reinado de Acab, el desastre profetizado.
El rey Josafat de Yehudá visitó a Acab, quien le pidió su ayuda para recuperar la ciudad de Ramot que estaba en manos de los sirios.
Josafat estaba dispuesto a cooperar, pero primero quiso consultar a Dios. Acab reunió a cuatrocientos profetas, y les preguntó si debía atacar a Ramot. Todos contestaron que Dios le entregaría la ciudad.
Josafat, aún no convencido, preguntó si había algún otro profeta.
``Hay uno más, Micah, a quien odio porque solamente me profetiza infortunios'', contestó Acab.
Micah fue traído a la presencia de los reyes, y Acab le preguntó si debería marchar contra Ramot.
El profeta le contestó en tono burlón: ``¡Marcha y triunfarás! El Señor entregará la ciudad en las manos de Su Majestad''.
``¿Cuántas veces te he pedido que solamente me digas la verdad en nombre del Señor?'', le preguntó Acab
``Veo al ejército de Israel esparcido por los montes como un rebaño de ovejas sin pastor'', contestó Micah.
El rey Acab ordenó a sus guardias que pusieran a Micah en la prisión, y que sólo le dieran pan y agua hasta que él regresase sano y salvo de la guerra.
Los dos reyes marcharon con sus ejércitos a Ramot. Durante la batalla, una flecha hirió fatalmente al rey Acab quien, agonizando, le dijo al auriga de su carro de guerra: ``Da vuelta a los caballos y llévame detrás de las líneas. ¡Estoy herido!''
Su sangre cubrió entonces el piso del carruaje. Al caer la tarde el rey Acab murió, y sus comandantes dieron la orden de retirada.
El cuerpo del rey fue traído a Samaria y sepultado. El carruaje, manchado de sangre, fue lavado en el estanque de Samaria, donde las prostitutas solían bañarse. Los perros lamieron la sangre de Acab, cumpliéndose así lo que el Señor había previsto.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Tesoros ocultos por judíos durante la Peste Negra se exhiben en Londres

Anillos de boda, monedas, gemas y broches fueron descubiertos 650 años después del suceso, y ahora serán incluidos en la exposición Wallace Coleccion.

"Mientras la Peste Negra disminuía la población de Europa en el siglo XIV, los judíos fueron convertidos en chivos expiatorios", recordó Steven Duffy, director de exhibiciones de la Wallace Collection, uno de los más secretos y encantadores museos que tiene esta ciudad llena de misterios.

"Acusados de haber envenenado los pozos, muchos lograron escapar, dejando atrás todo lo que poseían. Pero antes de salir huyendo, lograron enterrar sus bienes más preciosos, con la esperanza de recuperarlos a su regreso", dijo.

Pero la mayoría de ellos no regresó. Fueron víctimas de la peste negra, que mató a una tercera parte de la población de Europa. Sólo en Erfurt, 1.000 judíos fueron masacrados en un solo día, el 2 de marzo de 1349, indicó.

"Los tesoros que fueron hallados en el barrio judío de Colmar, y cerca de la sinagoga del siglo XI de Erfurt, que es la más antigua de Europa, fueron seguramente enterrados por judíos", agregó Duffy.

El tesoro de Erfurt "seguiría sepultado de no haber sido por excavaciones arqueológicas" efectuadas antes de la construcción de un edificio de apartamentos, indicó la alemana Karin Sczech, comisaria de la exhibición en la Wallace, junto con Christine Descatoire, experta del parisiense museo de Cluny.

La exposición, que recuerda a cada paso la devastación causada por la peste, que se cree llegó en 1347 a Sicilia, en embarcaciones provenientes de Constantinopla (ahora Estambul), incluye también un anillo de esponsales, dentro del cual hay una diminuta bola en oro, que repica cuando se mueve.

Incrustrado con dragones, el bello anillo hallado en Erfurt lleva inscrito "Mazel Tov", que en hebreo quiere decir "Buena fortuna", indicó Sczech.

Otra de las joyas halladas en Erfurt es un pequeño frasco de perfume, que estaba envuelto en un tejido de algodón traído de India. "Ya de por sí es extraordinario que ese material llegara desde tan lejos a un pequeño pueblo alemán", subrayó Sczech.

Expertos de una casa de cosméticos parisiense analizaron el precioso frasco de perfume que perteneció tal vez a una joven y bella judía, para tratar de descifrar la misteriosa esencia vertida allí hace más de seis siglos., indicó.

Pero había "muy poco para poder analizar los componentes del perfume", según la experta.

Sólo queda ahora el diminuto frasco de plata, que antes quizá desprendió un olor a jazmín o a rosas pero que, 650 años después de ser sepultado, es sobre todo un mudo testimonio de una historia trágica.

Londres
AFP

LOS ORÍGENES DE ISRAEL, EL MITO DE PALESTINA Y EL ANTISEMITISMO ÁRABE

Porisrael.org Dori Lustron

Cuando en 1948 nació el Estado de Israel, hace casi sesenta años, las tierras de lo que algunos sesudos analistas denominan ahora "Palestina" eran un desierto inhóspito, casi despoblado y donde habitaban árabes y judíos, incluso conviviendo juntos y en paz desde hacía décadas. Luego, cuando los países árabes atacaron a Israel por no aceptar el plan de partición impulsado por las Naciones Unidas, que preveía dos Estados en el territorio que hoy ocupa lo que los árabes siguen llamando la "entidad sionista", los antiguos pobladores de los reinos de Samaria y Judea abandonaron para siempre su tierra ancestral. Nunca más volverían, fueron engañados vilmente por unos dirigentes árabes henchidos de viejas glorias al estilo de las hazañas de Saladino y un burdo nacionalismo casi rayano al nacionalsocialismo hitleriano.



Los palestinos, que realmente eran árabes que habitaban allí antes de que naciese el mito, se fueron con la tenue, endeble y mitificada esperanza de que algún día volverían a una tierra ya sin judíos, donde la entidad sionista sería tan sólo un sueño mitificado sin esperanza, una quimera destinada a ser enterrada en la desvanes de la historia. En un principio, los palestinos, engañados y manipulados por todos los dirigentes árabes, fueron hacinados en los campos de concentración –no merecen otro nombre, puedo dar fe de ello, después de haber pasado por uno de ellos en Siria- abiertos por los países "amigos" para aliviar su corta espera. Tan corta que todavía esperan miles de palestinos en los campos del Líbano, Jordania y Siria, así como en otras partes del mundo. Qué gran engaño, cuánta mentira para justificar tanto fracaso.



Luego está el asunto de la tierra, que para muchos sólo estaba poblada por los árabes. Otra absoluta falsedad. Las poblaciones judías están radicadas en la tierra palestina desde la segunda mitad del siglo XIX e incluso antes; incluso existe documentación escrita que prueba las protestas árabes por la compra de tierras por parte de los judíos durante la dominación otomana. Palestina existe porque existe Israel, de lo contrario habría sido un territorio bajo control sirio o jordano, es decir, una mera provincia integrada en uno de esos dos Estados. De hecho, la actual Cisjordania ya fue Jordania hasta el año 1967, en que durante la guerra de los Seis Días Israel se apoderó del territorio jordano y derrotó a toda una gran coalición de países árabes. No pudieron y de nuevo lo intentaron en 1973. Y de nuevo no lo lograron, como siempre que han pretendido arrojar a los judíos al mar y destruir la pérfida "entidad sionista". Su inutilidad, vistos sus resultados, es congénita.



Como recordaba el periodista Jaime Dromi, en un acertado resumen que cito textualmente:"Hasta 1947 los únicos palestinos eran los judíos, durante la guerra del establecimiento de Israel, los jordanos capturaron parte de la Cisjordania, los sirios parte de la alta Galilea y los egipcios la Franja de Gaza. Durante veinte años siguió así, no había pueblo palestino para nada, hasta que los judíos liberaron las tierras que los jordanos, los sirios y los egipcios habían ocupado, fue en ese momento, después de la Guerra de los Seis Días, que dirigidos por Arafat se empezaron a llamar pueblo pueblo palestino". En definitiva, una pura invención.



Y qué se puede decir de Gaza, que siempre estuvo bajo tutela egipcia, pero claro los dirigentes egipcios comprendieron muy pronto que los palestinos eran fuente interminable de problemas y que podían desestabilizar país. Desconectaron de Gaza y dejaron el territorio bajo la "brutal ocupación sionista", dejando así el problema en manos del Estado hebreo y comenzaron a defender la causa palestina de una forma retórica. No cometieron los mismos errores que los dirigentes libaneses, que han pagado muy cara su solidaridad, amistad y apoyo hacia la causa palestina. Los refugiados palestinos han sido la causa de la guerra civil libanesa, que desangró al país durante quince años (1975-1990) y costó casi 200.000 muertos, de los últimos enfrentamientos entre las fuerzas libanesas e integristas musulmanes escondidos en los campos de refugiados y de la permanente interferencia de Siria en este país, ejecutada muchas veces a través de grupos terroristas palestinos controlados y financiados por Damasco.



Pero volvamos a la actualidad. No olvidemos que Yasser Arafat, fracasado en sus planes genocidas y tras haber apoyado la causa iraquí en la invasión de Kuwait, allá por la primera Guerra del Golfo, en 1991, fue rehabilitado por las potencias occidentales, deseosas de solucionar para siempre los embrollos de Oriente Medio, y de nuevo volvió a salir a la luz el abandonado mito de la inexistente "Palestina". Los israelíes le cedieron territorios, les dotaron de autonomía y fondos presupuestarios –procedentes de los Estados Unidos y la UE- e incluso reconocieron al Arafat terrorista como un estadista respetable. Qué despropósito. Y de aquellos barros vienen estos lodos que hoy nos embadurnan a todos y llenan de terror y cadáveres las calles de Gaza. También de Israel. Arafat nunca abandonó del todo las prácticas terroristas y la violencia siguió siendo un instrumento de acción política para conseguir los objetivos deseados.



Los siniestros orígenes del terrorista Arafat



La rehabilitación de Arafat daría para un artículo más largo porque el personaje no tenía desperdicio. Su tío, el gran mufti de Jerusalén, Haj Amin el-Husseini, fue el principal responsable de la pavorosa huida de los palestinos cuando era líder árabe de Palestina. Como escribe Mario Aguinis, en su acertado artículo El odio contra Israel, este filonazi "no sólo se negó a aceptar la Partición decidida por las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947 para el nacimiento de un Estado Árabe y uno Judío que viviesen lado a lado y en fraterna colaboración, sino que tuvo una "idea genial" al estallar la guerra de la Independencia de Israel contra el Mandato británico y seis ejércitos árabes decidieron invadir el territorio para aplastar al flamante Estado. Esa idea lo llevó a ordenar que sus hermanos abandonasen Palestina rápidamente para permitir que Siria, Irak, Líbano, Egipto, Arabia y Transjordania pudiesen empujar a los judíos, rápida y cómodamente al mar, donde serían ahogados. En los archivos del Foreign Office existen documentos sobre los judíos que detenían a columnas de fugitivos árabes palestinos y les pedían quedarse, porque la guerra no era contra ellos, pero estos pensaron que se trataba de una estrategia para usarlos de escudo y frenar el impulso de los invasores. Más de la mitad de los árabes que abandonaron sus hogares "por unas semanas", como prometía el Mufti, no vieron a un solo soldado judío".



Más tarde, en los años treinta, llegó a viajar hasta Berlín a rendir pleitesía al mismísimo Adolfo Hitler. Allí, seducido por el personaje, este clérigo prometió erradicar cada judío de "Palestina" y sus alrededores "con los métodos científicos del Tercer Reich". Planificó erigir otro Auschwitz en Nablus, sobre las colinas de Samaria. Su lema, difundido por radios nazis, fue: "Mata a los judíos dondequiera los encuentres, para agradar a Alá y la historia". En sus Memorias, como recoge Aguinis, confiesa: "Nuestra decisión fundamental era colaborar con Alemania para hacer desaparecer el último judío del mundo árabe. Yo pedí a Hitler que me ayudase en forma explícita a resolver esta cuestión en base a nuestras aspiraciones raciales con los métodos innovadores puestos en marcha por Alemania. El me dijo: "Esos judíos son suyos". Los aliados lo buscarían más tarde como a un vulgar criminal de guerra, sobre todo por su colaboración en el reclutamiento de bosnios musulmanes para las SS de Hitler, mientras nuestro "adorado" Yasser Arafat lo citaba como "nuestro héroe". No obstante, volvamos al relato de nuestra historia y sigamos con Arafat.



Pero las decepciones de la comunidad internacional con respecto a Arafat no tardaron en llegar: en el año 2000, cuando Israel está dispuesta a ceder en casi el 97% de las aspiraciones de los palestinos, Arafat, que se encontraba reunido con Bill Clinton y Ehud Barak en Camp David, rechaza cualquier posibilidad de un acuerdo de paz con los que él considera sus sempiternos enemigos y vuelve a las andadas, es decir, al terrorismo como instrumento de acción política. Los países europeos y los norteamericanos comprobaron entonces que el liderazgo palestino no era de fiar y Egipto y Jordania, cansadas del viaje hacia el terror de Arafat, intensificaron sus relaciones con Israel sin importarles las inútiles bravatas de quien había hecho de la causa palestina el principal sustento (económico) de una casta política y familiar a la que no le importaba para nada la miseria, el hambre, el abandono y la rabia de su pueblo. Incluso su mujer, Suha Arafat, llegó a gastarse más de 100.000 dólares en una sola tarde en las tiendas parisinas más lujosas, mientras miles de palestinos se morían literalmente de hambre; también se ha hablado de la cuantiosa fortuna de Arafat, que podía alcanzar los 900 millones de euros y que estaría bloqueada en los bancos suizos, dinero procedente de los sufridos contribuyentes europeos y que sirvió durante años para financiar las acciones terroristas contra Israel. Como todo el mundo sabe, las más nobles causas suelen estar repletas de sinvergüenzas sin restricciones morales.



Finalmente, Arafat murió en el año 2005, y desde ese año las cosas no han hecho más que empeorar. La respuesta a la cleptomanía crónica de la camarilla que dirigía los destinos de la autonomía palestina fue el movimiento fundamentalista Hamas, supuesto valedor de los principios morales y éticos de un pueblo que peores dirigentes no podía haber tenido. Digo supuesto porque si apoyar las acciones terroristas contra civiles indefensos, incluyendo aquí a mujeres, niños y enfermos (¡sí, enfermos!: el último atentado de Hamas iba dirigido contra un hospital) es legítimo en el mundo palestino es para echarse llorar, para abandonar toda esperanza y claudicar. Ahora, nuevamente, se vuelve a hablar del mito de "Palestina", de un supuesto Estado que englobe algunos de los antiguos territorios jordanos y nada más, pues Gaza ya ha escapado no al control de la Autoridad Nacional Palestina sino que su reino ya no es de este mundo y habrá que esperar que algún día regresen a las sendas de la racionalidad política. El destino de Gaza es inescrutable, pertenece más a la metafísica desentrañar sus misterios que a la ciencia política. Que Alá coja confesados a los habitantes de este reino que compatibiliza la miseria generalizada con el jomeinismo más reaccionario.



Desconectarse de Gaza



Así las cosas, y llegados a este punto y con semejante compañía, no es de extrañar que el agónico Sharon se decidiera en su momento por la desconexión de Gaza, más allá de terceras vías y apuestas inútiles por una paz que nunca llega porque casi nadie en el mundo árabe la desea; en la retórica antisionista muchos han encontrado su fuente de legitimidad, como es el caso de Siria, y otros, como los líderes palestinos, un permanente mana para hacer sus negocios. Pero de nada sirvió desconectarse, pues los gansteres que gobiernan en Gaza –no merecen otro nombre- son unos asesinos natos que no dudan en atacar con sus cohetes casi diariamente a las poblaciones civiles israelíes como en matar a sus adversarios de Al Fatah como perros –varios centenares, según fuentes autorizadas-. Así se llegó al justificado ataque de Israel contra las bases terroristas de Hamas en Gaza. La situación era insoportable, convivir pacíficamente con esta gente es imposible.



Y luego esta guerra interminable que no conduce a nada, pues en la muerte gratuita y en la banalidad de un mal injustificable no se encuentra más que la coartada política para justificar tanto fracaso ante su agotado pueblo. Mucha retórica hueca, demagogia antisionista barata y gratuita al estilo de los Protocolos de los Sabios de Sión y un viaje hacia ninguna parte comenzado allá por el año 1948, cuando las Naciones Unidas les ofrecieron una solución justa que rechazaron en aras de esta cruzada tan inútil. Nunca tan pocos, los dirigentes de Al Fatal y Hamas, habían sacado tanto de la miseria de tantos y de un mito inalcanzable llamado "Palestina".


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PARA UNA HASBARA EFECTIVA
JUNTOS SOMOS MAS

martes, 17 de febrero de 2009

París asume su responsabilidad por deportar a 75.000 judíos

El Consejo de Estado, la más alta autoridad administrativa de Francia, ha expresado solemnemente la "responsabilidad" del Estado francés en la deportación de familias judías que acabaron asesinadas en el campo de exterminio de Auschwitz. En una resolución que se hizo pública ayer, el Consejo de Estado asegura que Francia, sin órdenes expresas de la Alemania ocupante, "permitió o facilitó la deportación de personas víctimas de persecuciones antisemitas".

Se produjeron cerca de 75.000 deportaciones. Sobrevivieron sólo 2.566 personas. El Consejo de Estado asegura que "hubo arrestos, internamientos y traslados a campos de tránsito que se convirtieron, de hecho, durante la II Guerra Mundial, en la primera etapa del confinamiento de estas personas en campos donde se las exterminó".

A pesar de esto, el dictamen del Consejo de Estado niega la indemnización solicitada por la hija de un hombre que fue arrestado por la policía francesa durante la II Guerra Mundial, deportado en 1941 al campo de concentración de Drancy y trasladado a Auschwitz, donde murió.

Daños y perjuicios

La hija reclamaba 200.000 euros en concepto de daños y perjuicios y su petición es, de hecho, el origen de la resolución. Su abogado aseguraba ayer a la agencia France Presse que recurrirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

No es la primera vez que el Estado francés expresa su responsabilidad por lo ocurrido a los judíos franceses bajo la ocupación alemana. Ya lo hizo el presidente Jacques Chirac en 1995, en la conmemoración del aniversario de la "gran redada" ocurrida en el Velódromo de Invierno de París, donde, en julio de 1942, más de 7.000 franceses judíos fueron confinados por la policía durante más de cinco días para, después, enviarlos al campo de concentración de Drancy y, más tarde, a Auschwitz.

Pero, al negar la indemnización a la hija de la persona origen del litigio, la resolución del Consejo de Estado cierra la puerta a las más de 400 reclamaciones de descendientes de estos judíos franceses deportados, cuyo caso se encuentra en algún escalón administrativo a la espera de un fallo. El Consejo de Estado considera que Francia ha tomado ya distintas medidas encaminadas a recompensar a esas familias por los "perjuicios de todo tipo", "de manera comparable" a otros países europeos en la misma situación.

domingo, 8 de febrero de 2009

Sigue la polémica por Williamson: "Puede llamarme dinosaurio, idiota, pero la verdad no depende de las emociones"


A continuación, el extracto (en video y en transcripción) de la entrevista de la televisión sueca al obispo Richard Williamson, rehabilitado por Joseph Ratzinger, Benedicto XVI.

La entrevista de la televisión pública sueca (STV) fue realizada por los periodistas Ali Fegan y Lars- Göran Svensson. Ha recibido miles de visitas en YouTube.

Frases de Williamson:

> "Pruebas históricas contradicen que se gaseara a los judíos deliberadamente"

> "El antisemitismo es malo si va contra la verdad. Si algo es verdad no es malo"

> "Para eliminar el cianuro hace falta una chimenea alta. Y no las hubo"

> "Cuidado, que lo que estoy diciendo en Alemania es ilegal, me encarcelarían".

Aqui un extracto de la entrevista:

-Obispo Williamson, ¿son éstas sus palabras?: "No hubo ningún judío que muriera en las cámaras de gas, son todo mentiras, mentiras, mentiras". ¿Son éstas sus palabras?

-Sí, creo que está citando algo que dije en Canadá hace muchos años. Creo que las pruebas históricas están seriamente, enormemente, en contra de que se gaseara deliberadamente a seis millones de judíos en las cámaras de gas, como política deliberada de Adolf Hitler.

-Pero usted dice que no murió ni un solo judío...

-En cámaras de gas. No murió ninguno en cámaras de gas.

-Es decir, que no hubo cámaras de gas.

-Creo que no hubo cámaras de gas. No hubo cámaras de gas. Por las pruebas que he estudiado, no por ninguna emoción, sino por lo que he entendido de las pruebas que existen... Creo, por ejemplo, que los que están en contra de la opinión general hoy sobre el llamado Holocausto, los revisionistas, como se les llama, los revisionistas más serios, han llegado a la conclusión de que murieron entre 200.000 y 300.000 judíos en los campos de concentración nazis, pero ninguno de ellos lo hizo en cámara de gas. Quizá ha oído hablar del Informe Leuchter. Fred Leuchter era un experto en cámaras de gas, diseñó tres cámaras de gas para tres Estados de Estados Unidos, para la ejecución de criminales. Es decir, sabe en qué consisten. Y él estudió lo que quedaba de las supuestas cámaras de gas en los años '80. Los crematorios de Birkenau-Auschwitz, por ejemplo. Y su conclusión como experto fue que era imposible que esos lugares hubieran podido servir alguna vez para gasear a un gran número de personas. Porque el gas de cianuro es muy peligroso. Supongamos que uno gasea a 300 personas apiñadas en una cámara, y esas personas llevan algo de ropa. Es muy peligroso entrar luego a sacar los cadáveres, porque un poco de gas que haya quedado en la ropa puede matar a esa persona. Es extremadamente peligroso. Una vez que se ha gaseado a esa gente hay que ventilar la cámara, evacuar todo el gas, para poder entrar y volver a utilizarla. Y, para eliminar el gas, hace falta una chimenea muy alta. Si es una chimenea baja, el gas se expande por el suelo y mata a cualquiera que camine por la zona. Si hubiera habido una chimenea muy alta, habría proyectado su sombra sobre el suelo casi a cualquier hora del día, y los fotógrafos aéreos que sobrevolaban los campos la habrían capturado. Y en esas fotos no hubo nunca esas sombras. Es decir, no hubo chimeneas. Lo cual refuerza el argumento de Leuchter. Otra cosa en la que se fija son las puertas. Tienen que ser completamente herméticas, porque, en caso contrario, el gas se escapa y mata a quienes estén fuera. Pues bien, las puertas de la cámara de gas que enseñan a los turistas en Auschwitz no son herméticas.

-Lo que dice usted es que el Holocausto no ocurrió, al menos no como lo describe hoy la Historia.

-Me fío de lo que me parecen pruebas históricas, según personas que han observado y examinado esas pruebas. Creo en sus conclusiones -y, si llegaran a otra conclusión, les haría caso-, porque me parece que se basan en pruebas. Creo que murieron entre 200.000 y 300.000 judíos en los campos de concentración nazis, pero ninguno en cámara de gas.

-Si esto no es antisemitismo, ¿qué es antisemitismo?

-Si el antisemitismo es malo, es cuando va en contra de la verdad. Si algo es verdad, no es malo. No me interesa la palabra antisemitismo, es muy peligrosa.

-El obispo le ha llamado antisemita.

-El obispo puede llamarme lo que quiera, dinosaurio, idiota, lo que quiera. No es cuestión de llamarnos cosas, es una cuestión de verdad histórica. La verdad histórica no depende de las emociones, sino de las pruebas. No hay duda de que se ha explotado tremendamente. Alemania ha pagado miles de millones de marcos, y ahora de euros, porque tienen complejo de culpa por haber gaseado a seis millones de judíos. Pero yo no creo que fuera así. Cuidado, esto que estoy diciendo es ilegal en Alemania. Por favor, le pido... Si hubiera aquí algún representante del Estado alemán, usted podría enviarme a la cárcel por esto (...).

viernes, 6 de febrero de 2009

El milagro del mar: ¿historia mitificada o mito historiado?




No hay manera de saber si el cruce del Mar Rojo fue un hecho verídico adornado por la leyenda y el lenguaje mítico o si fue en un principio un mito transformado con el tiempo en historia sagrada
Con la porción de la Torá de la presente semana (parashá Beshalaj [Éxodo 13:17-17:16]), la historia del éxodo de Egipto llega a su climax. Según el relato bíblico, ``Cuando Faraón dejó salir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, aunque era más corto; pues se dijo Dios: No sea que, al verse atacado, se arrepienta el pueblo y se vuelva a Egipto. Hizo Dios dar un rodeo al pueblo por el camino del desierto del mar de Suf'' (13:17-18). Y así fue, entonces, que Moisés condujo al pueblo hasta Pi Hajirot, entre Migdol y el mar, enfrente de Baal Sefón. (Nota: La ruta del éxodo y la identificación de los sitios mencionados han sido un tema de disputa entre los investigadores).
Una de las teorías afirma que el presente texto podría ser una combinación del recuerdo de dos éxodos distintos. Una tradición evocaría el éxodo-expulsión que habría seguido la ruta hacia Filistea, y la otra, un éxodo-huida que habría seguido la ruta del desierto, la ruta del sur o sudeste. Para más detalles, ver R. de Vaux, Historia antigua de Israel [Madrid: Ediciones Cristiandad, 1975] I, págs. 363-367).
Sea como fuere el caso, la presente narración nos cuenta que el pueblo de Israel se encontraba acampado a las orillas del mar cuando el poderoso ejército egipcio los alcanzó, quedando así los hebreos acorralados sin posibilidad de huir. En ese momento, el pueblo cayó en desesperación reprochándole a Moisés: ``¿Acaso no había sepulturas en Egipto para que nos hayas traído a morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros sacándonos de Egipto? ¿No te dijimos claramente en Egipto: Déjanos en paz, queremos servir a los egipcios? Porque mejor nos es servir a los egipcios que morir en el desierto''. Contestó Moisés al pueblo: ``No temáis; estad firmes, y veréis la salvación que Yahveh os otorgará en este día, pues los egipcios que ahora veis, no los volveréis a ver nunca jamás. Yahveh peleará por vosotros, que vosotros no tendréis que preocuparos'' (Éxodo 14:11-14).

El paso del mar: la narración bíblica
Y así fue. El texto bíblico nos cuenta a continuación uno de los sucesos más espectaculares de la historia de Israel, que ha quedado grabado en la memoria colectiva del pueblo como una manifestación portentosa, inigualable y única del poder salvífico de Dios: el milagro del mar.
Una lectura cuidadosa del texto nos revela la presencia de dos presentaciones del milagro. Según la primera, Moisés debe levantar su cayado, extender la mano sobre el mar y hendirlo para que pasen los israelitas a pie seco (14:16, 21); Moisés lo hace así y el pueblo pasa a pie seco el mar (v. 22); los carros egipcios se lanzan a la persecución de Israel, y Yahveh le ordena a Moisés que extienda la mano para que las aguas refluyan sobre ellos (vv. 23, 26); al hacerlo, los egipcios mueren sumergidos por las aguas e Israel queda a salvo (vv. 27-29). De acuerdo a la segunda versión, Yahveh, representado por la columna de nube (o el Ángel de Dios), se coloca entre Israel y los egipcios (14:19-20); durante la noche, Yahveh hace soplar un fuerte viento del este que seca el mar (v. 21); al día siguiente de madrugada, Yahveh, desde la columna de fuego y de nube, siembra el pánico entre los egipcios y entorpece las ruedas de sus carros (vv. 24-25); finalmente, los egipcios son precipitados en medio del mar (vv. 30-31).
Según de Vaux, ``Cada relato es completo, con su marco propio y un actor principal distinto. En el primero actúa Moisés.
``Yahvé le ordena que extienda su bastón y rasgue las aguas; Moisés lo hace así, y el mar se hiende. Yahvé le ordena que extienda de nuevo el bastón y reúna las aguas. Moisés lo hace, y el mar vuelve a su sitio. En el segundo relato actúa Yahvé. Durante la noche, hace soplar el viento y deseca el mar. Al día siguiente, de madrugada, Yahvé siembra el pánico entre los egipcios. Al apuntar el alba, Yahvé sepulta a los egipcios en el mar. Ya de día, los israelitas ven a los egipcios muertos en la ribera'' (op. cit., p. 369).
Siguiendo esta misma línea de análisis, se puede distinguir también una diferencia fundamental en cuanto a la naturaleza del milagro mismo. Según el primer relato, el milagro consistió en el paso de los israelitas a pie seco; de acuerdo al segundo, la destrucción de los egipcios.
Llamativamente, el poema de alabanza que acompaña nuestro relato (Éxodo 15:1-18) no hace mención alguna a Moisés y sus proezas, sino más bien es un canto de victoria en honor de Yahveh por haber dado muerte a los egipcios: ``Canto a Yahveh pues se cubrió de gloria arrojando en el mar caballo y carro. Mi fortaleza y mi canción es Yah [otra forma del nombre de Yahveh. A.R.]. Él es mi salvación. Él es mi Dios; yo le glorifico, el Dios de mi padre, a quien exalto. ¡Un guerrero Yahveh, Yahveh es su nombre! Los carros de Faraón y sus soldados precipitó en el mar. La flor de sus guerreros tragó el mar de Suf; cubriólos el abismo, hasta el fondo cayeron como piedra'' (vv. 1-5). Y así también, este tema aparece mencionado en otros testimonios bíblicos (Deuteronomio 11:4; Josué 24:7). (Nota: Este canto triunfal, llamado tradicionalmente con el nombre de Shirat ha-Yam [``el Canto del Mar''], es leído con una melodía especial en oportunidad de la lectura semanal de la porción de la Torá en la sinagoga.
Asimismo, esta sección está también escrita en el rollo de la Torá siguiendo un diseño muy particular a manera de ``ladrillos'' superpuestos, sólo emulado por Shirat ha-Azinu o ``Cántico de Moisés'' [Deuteronomio 32:1-43]. En ambos casos, estos desarrollos han tenido por propósito destacar la singularidad de esta sección. Recientemente, el manuscrito bíblico [Ashkar-Gilson de la Universidad de Carolina del Norte, EE.UU.] más antiguo [siglos VII-VIII e.c.] conocido hasta ahora en el mundo conteniendo este fenómeno literario se puso en exhibición pública por primera vez en el Santuario del Libro en Jerusalén).
Según se ha sugerido, la versión más antigua sería la que mencionaba la acción milagrosa de Dios, que como guerrero (cf. Éxodo 14:14, 17:8-16; Números 10:35-36) venció a los egipcios y salvó a Israel. Y al igual que la victoria de Yahveh sobre Sísara y su ejército según el canto de Débora (Jueces 5), también en este caso Dios se valió de los elementos de la naturaleza para conseguir el triunfo sobre el enemigo: el viento, la nube y el fuego (cf. también Salmos 29; 77:14-21). (Nota: Según los biblistas, tanto el Canto del Mar en Éxodo como el de Débora en Jueces serían dos de las piezas literarias más antiguas contenidas en toda la colección bíblica).
En caso de ser cierto este modelo interpretativo, entonces, la otra versión de los hechos destacando el cruce milagroso de Israel por el lecho seco del mar sería un desarrollo ulterior. Para el caso es de destacar, el parecido notable existente entre la versión del cruce de Israel del mar en tiempos de Moisés y el cruce de los israelitas del Jordán en época de Josué: ``Cuando el pueblo partió de sus tiendas para pasar el Jordán, los sacerdotes llevaban el arca de la alianza a la cabeza del pueblo. Y en cuanto los que llevaban el arca llegaron al Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca tocaron la orilla de las aguas, y el Jordán baja crecido hasta los bordes todo el tiempo de la siega, las aguas que bajaban de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque a gran distancia, en Adam, la ciudad que está al lado de Sartán, mientras que las que bajaban hacia el mar de la Arabá, o mar de la Sal, se separaron por completo, y el pueblo pasó frente a Jericó.
Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza de Yahveh se estuvieron a pie firme, en seco, en medio del Jordán, mientras que todo Israel pasaba en seco, hasta que toda la gente acabó de pasar el Jordán'' (Josué 3: 14-17).
Sea el caso que el relato de Éxodo haya sido el modelo para la redacción del milagroso cruce del Jordán (como piensa la mayoría), o por el contrario, que el relato en Josué (o su tradición oral) haya influido en la redacción del cruce milagroso del mar por parte de Israel (por ejemplo, de Vaux), el resultado fue que la tradición terminó asociando ambos eventos como la máxima expresión del poderío divino (Isaías 44:27; Salmos 66.6; 74: 13, 15; 114:3). (Nota: Según lo afirma de Vaux [op. cit., p. 373], ``el paso del mar terminó eclipsando al del Jordán: el paso del Jordán no es mencionado nunca solo; el del mar sí aparece aislado [Salmos 106:9-11; 136:13-14; Isaías 63:12-13; Nehemías 9:11; Sabiduría 10:18-19; 19:7-8]'').

El milagro del mar: ¿historia o mito?
La salvación milagrosa de Israel, sea debido al repentino precipitarse de los egipcios en el mar o al cruce de los israelitas a pie seco, ha atrapado desde siempre el interés de los estudiosos. Naturalmente, los piadosos han aceptado literalmente la fidelidad del relato, entendiendólo como la expresión más excelsa del poderío inigualable de Dios. Según dice el midrash: ``El Santo, bendito sea, dijo a Moisés: --Moisés, extiende tu mano sobre el mar y pártelo (Éxodo 14, 16). Moisés extendió su mano sobre el mar, pero el mar se negó a abrirse; le mostró entonces el féretro de José y la vara en la que estaba grabado el Nombre Inefable, y también se negó.
Moisés volvió a la presencia del Santo, bendito sea, y dijo: --Señor de todos los mundos, el mar no me obedece. De seguida el Santo, bendito sea, se reveló en toda su gloria sobre el mar y el mar huyó; las aguas se asustaron, temblaron, se estremecieron y se sumergieron en los abismos, como está dicho: Te vieron las aguas, oh Dios, te vieron las aguas y se echaron a temblar (Salmos 77, 17)'' (Los capítulos de Rabbi Eliezer XLII, 2; en: ed. M. Pérez Fernández; Valencia, 1984, p. 296]).
Sin embargo, la versión de Flavio Josefo (siglo I e.c.) de los hechos nos deja entrever, que ya en su tiempo hubo personas que pusieron en duda la certitud de los acontecimientos: ``En cuanto a mí, relaté todas las partes de esta historia tal como las hallé en los libros sagrados.
Que a nadie le extrañe la rareza de la narración, y no piense si la senda que se abrió ante esos hombres de la antigüedad, libres de la maldad de las edades modernas, fue obra de la voluntad de Dios o fruto del azar. Porque ante los acompañantes de Alejandro, rey de Macedonia, que vivió comparativamente hace poco tiempo, el mar de Panfilia se retiró y les abrió paso, cuando no tenían otro camino por donde ir, y eso ocurrió cuando fue la voluntad de Dios destruir la monarquía de los persas. El hecho lo reconocen como auténtico todos los que han escrito sobre las acciones de Alejandro.
Pero de estos acontecimientos que cada cual resuelva a su gusto'' (Antiguëdades Judías II, xvi, v; en: Obras completas de Flavio Josefo [trad. L. Farré; Buenos Aires: Acervo Cultural/Editores, 1961] I, p. 172). (Nota: Flavio Josefo en este texto alude a una leyenda de la cual da testimonio el historiador Apiano de Alejandría [95?-165?] en su obra ``Historia Romana: Guerra Civil'': ``Alejandro hizo un largo viaje por una zona desértica, en la estación del calor, hasta el oráculo de Amón y atravesó el golfo de Panfilia al haberse retirado el mar de forma prodigiosa, y la divinidad contuvo en su ayuda el mar hasta que lo cruzó e hizo llover cuando viajaba por tierra'' [App. BC II 149]; en: http://www.masalladelaciencia.es/las-tumbas-egipcias-de-alejandro).
Estas incipientes dudas se transformaron en una sistemática aproximación racional al relato, cuando Baruch Spinoza (1632-1677) explicó el pretendido ``milagro'' divino de la Biblia como un fenómeno natural. Según afirmaba el filósofo judeo-portugués: ``Es, pues, de creer que si las circunstancia de los milagros y las causas naturales que los explican no aparecen siempre mencionadas, no dejaron de ser necesarias para su cumplimiento. En la narración del Éxodo (cap. XIV, vers. 27) se ve que a la sola indicación de Moisés el mar volvió a hincharse y nada se dice del viento.
Pero en el cántico de Moisés (cap. XV, vers. 10) se dice que ``el mar se hinchó con el soplo de Dios (esto es, por un viento muy fuerte), lo cual indica que si antes se calló esta circunstancia fue por hacer que el milagro apareciese mayor'' (Tratado Teológico-Político VI, 48; en: Obras completas de Spinoza [Buenos Aires: Acervo Cultural/Editores, 1977] II, p. 109).
Y a partir de aquí quedó expedito el camino para dar explicaciones naturales al suceso. Algunos sugirieron que podría haber sido una marejada, provocada por el contacto de un cometa con la tierra o por una lejana y formidable erupción del volcán Santorin hacia el año 1447 a.e.c (de Vaux, op. cit., págs 349-350). Otros explicaban que el cruce del mar se habría efectuado al sur de los Lagos Amargos (que comunicaban entonces con el Golfo de Suez) aprovechando la ocasión de una marea excepcionalmente baja y un viento del este muy violento y persistente.
Según las palabras de W. Keller: ``Es completamente verosímil que la huída de Egipto tuviese lugar a través de este Mar de los Cañaverales'' (Y la Biblia tenía razón [Barcelona: Ediciones Omega, novena edición, 1961] p. 129.) Sea cual fuere la explicación natural del suceso, la premisa supuesta detrás de todas estas explicaciones es que el ``milagro'' del cruce del mar habría sido originalmente un hecho histórico cierto, embellecido luego por la tradición con elementos fantásticos o míticos, como el caso de las aguas divididas por el bastón de Moisés o el de las dos murallas de agua.
Pero de la misma manera se podría argumentar, por el contrario, que un mito antiguo podría haber sido historiado por el autor bíblico. Ya que el relato bíblico de la victoria de Moisés/Yahveh sobre el mar recuerda, en su tema fundamental, el mito ampliamente documentado en la literatura del Oriente antiguo sobre la lucha entre el Dios supremo y los poderes acuáticos-caóticos en el principio de los tiempos.
Un ejemplo en este sentido es el poema de la creación babilónico llamado Enuma Elish, cuyo relato nos cuenta cómo el dios Marduk mató a la diosa-dragón Tiammat: ``Entonces el señor descansó al ver su cadáver./Dividió (luego) la carne monstruosa, concibió ideas artísticas,/la cortó como si fuera un pescado en dos partes:/La mitad de ella la levantó y la puso como si fuera el cielo./Tiró del cerrojo y puso un guardián;/mandándole que no permitiera salir las aguas...'' (tablilla IV, 135-140; en: Poema babilónico de la Creación [ed. F. L. Peinado y M. G. Cordero; Madrid: Editorial Nacional, 1981] págs. 119-120).
O el caso del mito cananeo de la ``lucha entre Balu [Ba¨al] y Motu'': ``Cuando aplastaste a Lotanu, la serpiente huidiza, acabaste con la serpiente tortuosa, el Tirano de siete cabezas, se arrugaron (y) se aflojaron los cielos como el ceñidor de tu túnica; (entonces) yo fui consumido hecho pedazos, esparcido (al viento) perecí'' (G. Del Olmo Lete, Mitos y Leyendas de Canaán. Según la tradición de Ugarit [Madrid: Ediciones Cristiandad, 1981] p. 213).
Y de aquí la posibilidad cierta, entonces, que las figuras míticas de Marduk/Ba¨al hayan sido transformadas en los personajes ``históricos'' de Moisés/Yahveh en la versión bíblica. Ya que en todos los casos, estos héroes divinos o humanos sometieron a los poderes acuáticos-caóticos, posibilitando así la creación de una nueva realidad (sea cósmica o social).
Esta sugerencia presupone que el mito de la lucha del Dios supremo con el monstruo marino era conocido por los hebreos, como así también que la aplicación del mismo a Dios era vista como legítima. Y ciertamente, así fue el caso en el antiguo Israel. Según puede verse con claridad en algunos textos bíblicos, el tema era conocido por los literatos israelitas.
Un eco lejano de este mito puede verse en el texto de la creación en el Génesis, cuando Dios dividió las aguas primordiales: ``Dijo Dios, Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras. E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue'' (1:6-7).
Una referencia mucho más clara y directa la encontramos en el libro de los Salmos, en dónde se hace una referencia directa a los milagros del Éxodo: ``Oh Dios, mi rey desde el principio, autor de salvación en medio de la tierra, tú hendiste el mar con tu poder, quebraste las cabezas de los monstruos en las aguas; tú machacaste las cabezas de Leviatán y las hiciste pasto de las fieras; tú abriste manantiales y torrentes, y secaste ríos inagotables...'' (74:12-15. Cf. también Isaías 51:9-10; Job 7:12; Salmos 89:10-11).
En suma, no hay manera de saber si el cruce del mar por parte de Israel fue un hecho originalmente verídico adornado por la leyenda y el lenguaje mítico o, por el contrario, si fue en un principio un mito transformado en historia sagrada. Ciertamente, los orígenes de este relato se pierden en la bruma del tiempo.
Pero una cosa es cierta, este milagro con comillas o sin ellas se transformó en uno de los pilares de la fe de Israel, hasta el punto de ser recordado diariamente en las oraciones matinales y vespertinas: ``De Egipto nos redimiste, de la servidumbre nos rescataste. Todos sus primogénitos perecieron, y a Tu hijo predilecto Israel redimiste. El Mar Rojo dividiste, hundiendo en él a los soberbios, haciendo transitar a Tus hijos, Tus amados. Ellos Te aclamaron con himnos, alabanzas y cánticos'' (Servicio matutino diario, en: Ritual de Oraciones para todo el año [ed. M. Edery; Buenos Aires: Consejo Mundial de Sinagogas, 1965] p. 36.).
¡Shabat Shalom!

miércoles, 4 de febrero de 2009

Los asturianos, judíos por parte de padre


Una investigación afirma que el Principado es la región donde la huella genética de poblaciones sefardíes está más presente

Los asturianos son judíos por parte de padre. Un estudio genético desarrollado por la Universidad de Leicester (Reino Unido) y la Pompeu Fabra de Barcelona ha deparado una sorpresa: la herencia genética de los asturianos es predominantemente judía sefardí, con un importante componente añadido norteafricano. De hecho, es la región de España donde mayor huella genética sefardí se ha detectado.

La investigación -un estudio de genética comparada entre distintas poblaciones- se ha llevado a cabo sobre una muestra de 125 asturianos y ha dejado en evidencia, tal y como señala el profesor Francesc Calafell, de la Universidad Pompeu Fabra, que los genes escriben su propia historia en los individuos.

El análisis se ha centrado en la herencia transmitida de hombre a hombre. Los genetistas han estudiado el cromosoma Y sólo presente en los varones y que se transmite de padres a hijos. Así se ha podido saber que los genes de nuestros padres (al menos los genes de los integrantes de la muestra) transportan una herencia judía y árabe que se remontaría al siglo VIII. El estudio ha constatado que la presencia en la población asturiana analizada de características genéticas similares a la de la población judía estudiada es mayor que en el resto de regiones españolas. Además la herencia genética árabe, de los pueblos invasores del norte de África, es notoria varios siglos después.

Las conclusiones del estudio son también extrapolables a la parte occidental de Castilla y León y a toda Galicia en lo que a carga genética árabe se refiere, y se explica, tal y como señala el profesor Calafell, por las migraciones que tuvieron lugar en aquellos años.

En un inicio, con las primeras poblaciones árabes que llegaron a Asturias en el siglo VIII, según Francesc Calafell, «es muy probable que aquellos pueblos ya comenzaran a mezclarse con los habitantes de Asturias». De ese modo, se explicaría el importante poso genético que aún hoy se manifiesta en los asturianos analizados.

A estas poblaciones de origen árabe se unirían, en el siglo XVI, las deportaciones masivas de moriscos desde el Sur, especialmente desde las Alpujarras granadinas. Estas poblaciones fueron diseminadas por varios núcleos de todo el noroeste peninsular, y aún hoy su huella es perfectamente rastreable, según sostiene el profesor Calafell.

Esta impronta árabe se mezcló con la numerosa presencia de judíos en la zona norte. La conversión forzosa a que se vieron obligados los sefardíes hizo que los matrimonios con personas de distintos linajes se convirtiera, pasado el tiempo, en algo habitual, y por ello la huella genética judía es hoy en día, y según se desprende de esta última investigación, más abundante entre los asturianos. A ello seguramente contribuyó el aislamiento de la región, a la que llegaron los judíos en busca de tierras más tranquilas y menos sujetas a la vigilancia religiosa, como sostienen los autores de este estudio. La similitud genética con poblaciones judías también se manifiesta a nivel nacional: dos de cada diez españoles tiene ascendencia judía.

Con este análisis, además, también se han evidenciado otros datos llamativos, como que la huella genética de los pueblos norteafricanos es muy pequeña en el este de Andalucía. O que, en el caso del País Vasco y Navarra, los genes son puramente ibéricos, sin presencia notoria de características similares a poblaciones árabes o judías.

Pese a todo, tal y como matiza Francesc Calafell, las diferencias genéticas entre los diferentes pueblos europeos son muy difíciles de establecer, porque no existen grandes variaciones en sus perfiles. Por lo tanto, la influencia que tuvo en la población asturiana la llegada de otros pueblos es todavía un asunto muy difícil de esclarecer.

martes, 3 de febrero de 2009

Se busca a personas que salvaron judíos en la II Guerra Mundial

Por iniciativa de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg

ROMA, martes, 3 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- La Fundación Internacional Raoul Wallenberg (IRWF), una organización no gubernamental con base en Nueva York que se dedica a honrar, preservar y difundir la herencia de aquellos que prestaron auxilio a las víctimas del Holocausto, está recogiendo información sobre los ciudadanos italianos que contribuyeron a poner a salvo a los judíos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial y a sus parientes.

Entre los muchos héroes italianos se pueden mencionar Giovanni Palatucci, un policía que salvó la vida a cerca de 5.000 judíos; Giorgio Perlasca, que se presentó como embajador español en Budapest y logró poner bajo custodia a miles de refugiados condenados a muerte en los campos de exterminio; Beniamino Schivo, un sacerdote católico que proporcionó alojamiento, vestidos y comida a una familia entera; Angelo Giuseppe Roncalli, futuro Papa Juan XXIIII, quien durante su cargo como Delegado Apostólico en Estambul en 1944 contribuyó al salvamento de miles de judíos y no judíos perseguidos.

El 4 de noviembre pasado Baruj Tenembaum, fundador de la IRWF, propuso que se otorgara a Roncalli el título de "Justo entre las naciones" por parte del Yad Vashem, la autoridad para el recuerdo de los mártires y los héroes del Holocausto.

La Fundación Wallenberg ha lanzado una campaña entre los líderes de las comunidades seglares y religiosas para que propongan a los padres jóvenes que llamen a sus hijos de aquellos italianos que cuidaron a judíos perseguidos, a menudo a costa de su vida.

Se ruega a quien tenga noticia o testimonios al respecto, que contacte con las oficinas de la Fundación:

--en Nueva York: Svetlana c/o 34 E 67 Street, New York, NY 10065, USA; teléfono: +1 212 7373275;

--en Jerusalén: Danny c/o 3 Antebi Street, Jerusalem, Israel; teléfono + 972 2 6257996

sábado, 31 de enero de 2009

El Holocausto pasó por España


Entre 20.000 y 35.000 judíos europeos lograron salvarse de la persecución de Hitler huyendo a través de la Península con el apoyo de españoles anónimos. Tres supervivientes cuentan su historia a EL PAÍS

Miles de judíos -entre ellos gran número de niños- escaparon del terror nazi a través de España. Hay historiadores que calculan que entre 20.000 y 35.000 judíos huyeron del genocida Adolf Hitler cruzando el territorio español a partir del año 1940. Lo hicieron aprovechando la tolerancia del régimen del dictador Franco, que sin embargo tuvo buen cuidado de que ninguno de ellos echara raíces, sino que simplemente utilizaran España como una escala en su éxodo.

Paul Buchinger, hoy residente en Estrasburgo, y Charles David, domiciliado en París, fueron dos de esos niños que se zafaron del ogro nazi pasando a España. Ambos formaron parte de la misma expedición, en 1944, pero su existencia siguió diferentes caminos y hasta hace poco más de un año no volvieron a encontrarse. Hoy, a pesar de ser septuagenarios, conservan en su memoria recuerdos muy vívidos de su fugaz travesía por la Península: la colaboración de los pasadores de frontera, los granjeros que les escondieron durante unos días, sus paseos por la plaza de Cataluña de Barcelona y el Tibidabo, la ropa limpia, las naranjas, el chocolate... y esa crema untuosa que ellos llamaban beurre y que los españoles se empecinaban en llamar mantequilla. Todo un lujo para unos niños forzados a huir de sus casas y en un país -España- que acababa de salir de una cruenta Guerra Civil.

Siegfried Meir, otro niño judío que perdió a sus padres en el terrible campo de exterminio de Auschwitz, fue prohijado por un republicano español en Mauthausen. Y eso le cambió la vida. "Se llamaba Saturnino Navazo Tapias. Soy agnóstico, pero creo que Navazo era un santo. Él me hizo salir del agujero", afirma Meir, que a sus 75 años tiene aspecto de elegante play boy, con barba y larga cabellera blanca.

El Holocausto -o el espectro del Holocausto- también pasó por España, aunque la inmensa mayoría de los españoles no se enteraron de que las víctimas eran judíos. Para ellos, aquellos hombres, mujeres y niños escuálidos y atemorizados que llegaban del otro lado de los Pirineos no eran más que refugiados. Y para la Cruz Roja y el régimen de Franco eran "apátridas". Así que nadie entendió jamás aquella paranoia franquista del "contubernio judeomasónico".

El 27 de enero pasado se conmemoró en Europa el Día de la Memoria del Holocausto y la Prevención de los Crímenes contra la Humanidad, fecha escogida en recuerdo de la liberación del campo de concentración de Auschwitz (el 27 de enero de 1945). En España se ha recordado durante la semana pasada a los salvados y a sus salvadores.

Se calcula que un millón y medio de niños fueron asesinados durante el Holocausto en la Alemania nazi de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Paul Buchinger podía haber sido uno de ellos, pero se libró de la muerte gracias a que pudo escabullirse a tiempo. "Mi familia vivía en Limoges (Francia). Vivíamos escondidos por miedo a los nazis. Un día de 1944, un joven judío ofreció a mis padres la posibilidad de pasar a sus hijos a España a través de los Pirineos. El 25 de mayo de 1944 mis hermanos y yo cogimos un tren a Toulouse".

"En junio, nos llevaron a Perpiñán y desde allí a la frontera. Un grupo de ocho niños fuimos entregados a dos catalanes que contrabandeaban mercancías y pasaban refugiados. Estuvimos dos días dando vueltas por el monte hasta cruzar la frontera. Dormíamos en cobertizos y bebíamos agua de los arroyos", recuerda Buchinger con dolor.

Una vez en España, el pequeño fue separado de su hermano. El grupo fue dispersado y cada niño fue llevado a una granja. Al día siguiente, cada campesino se ocupó de trasladar a su protegido hasta el tren, que conduciría al grupo hasta Barcelona. "Nos dijeron", relata, "que debíamos estar muy calladitos durante el trayecto, que no hablásemos y que hiciésemos como que dormíamos para que nadie se enterase de que éramos extranjeros. Pero el trayecto era largo y era muy difícil callar a los más pequeños".

Los chiquillos fueron recibidos en Barcelona por el doctor Samuel Sequerra, un prominente judío residente en Lisboa, emisario de la American Jewish Joint Distribution Committee (Joint), una organización fundada en 1914 para ayudar inicialmente a los judíos de Europa Oriental y de Palestina a causa del estallido de la Primera Guerra Mundial. Fueron llevados a una pensión de Barcelona. "Me abrió la puerta un chico que se desmayó nada más verme. ¡Era un vecino mío que había salido de Limoges un mes antes! Después nos llevaron a una villa, alquilada por la Joint. Era una especie de orfanato en el que permanecimos durante tres meses. Allí nos enseñaron geografía, historia y hebreo. Podíamos hacer lo que quisiéramos. Por ejemplo, ir de excursión al Tibidabo", dice Buchinger con un punto de nostalgia.

En agosto de 1944, el presidente de la Cruz Roja Española pidió que se proveyera de documentación a un grupo de "niños apátridas", entre los que estaba Buchinger. Y así fueron trasladados a Estoril (Portugal) y desde allí a Cádiz, Gibraltar, Tánger y Haifa (Israel), donde llegó una expedición de 50 niños y 350 adultos.

Charles David fue detenido con su madre en Toulouse en mayo de 1944. Su madre fue deportada a Auschwitz mientras que él fue llevado poco después a la frontera franco-española junto con una docena de niños más. Desde allí fueron llevados a Andorra y Lleida, donde recibieron ropa y alojamiento. A continuación fueron conducidos al orfanato de Barcelona y de allí a Cádiz, donde embarcaron en el buque portugués Guiné, que les trasladó a Israel.

David permaneció cinco años en Israel y después regresó a Francia, donde se reencontró con sus dos hermanos y con sus padres (su madre, prisionera en el campo de Theresienstadt, cerca de Praga, fue liberada por soldados rusos). Al cabo de tantos años, una de las cosas que Charles David recuerda de su odisea es que en Lleida "había muchos mutilados" de la Guerra Civil.

La historia de Siegfried Mier, que residía en Francfort (Alemania), es diferente, pero en ella también tiene un papel protagónico un español. El pequeño Meier, travieso y rebelde desde su más tierna infancia, fue deportado, junto con sus padres, al campo de exterminio de Auschwitz cuando tenía sólo siete años ("me han dicho que debía tener esa edad por el número que a mí me tatuó la SS en un brazo", dice).

"Llegamos a Auschwitz-Birkenau y los hombres que desnudaban a los prisioneros le dijeron a mi madre: 'Esconda al niño porque si le ven los nazis le llevan a la muerte'. Así estuve dos meses oculto en una de aquellas literas colectivas hasta que mi madre murió a causa del tifus", rememora Mier. "Después, los demás presos me dijeron que no podían seguir ocultándome y me aconsejaron que me presentara al recuento de prisioneros. Y así lo hice. A los alemanes les caí en gracia y me convirtieron en su mascota, hasta tal punto que me hicieron un pijama de rayas a medida", cuenta hoy en Madrid, como si eso le estuviera sucediendo ahora mismo. "¡Me ocurrieron cosas surrealistas...!", añade.

"Al cumplir nueve años, me sacaron del campo de mujeres y me llevaron al de hombres, donde cogí el tifus. Me metieron en el barracón de los mellizos, en el que el doctor Mengele hacía sus experimentos. Allí me pusieron muchas inyecciones, pero Mengele no lo debía hacer tan mal porque jamás he estado enfermo", rememora el setentón Meir, entre socarrón y sarcástico. Su padre murió reventado a patadas de los nazis.

Cuando entraron las tropas rusas en Auschwitz, Meir fue subido a un convoy que fue atacado por partisanos yugoslavos, lo que obligó a él y a otros muchos prisioneros a seguir camino a pie. Sin que sepa muy bien cómo, dio con sus huesos en el campo de concentración de Mauthausen (Austria), donde de nuevo cayó en gracia a los carceleros tras presenciar la rabieta que cogió cuando pretendían raparle el pelo. Tan simpático les pareció el chico que le vistieron con un traje de bombero y le metieron en el barracón de los republicanos españoles.

"Entre ellos estaba Saturnino Navazo Tapias, que me aconsejó: 'Di que eres mi hijo. Si te preguntan, dices que vives en la calle de Don Quijote, número 49, de Cuatro Caminos, en Madrid'. En 1945, al ser liberado de Mauthausen, me fui a Toulouse con Navazo y otros. Allí, cuando tenía 14 años, aprendí el oficio de sastre. En Auschwitz sólo estaba hecho para robar. Navazo me convirtió en una buena persona y comprendió por qué yo era un ladrón. Yo siempre quise demostrarle que reconocía lo que había hecho por mí. Ese hombre, que murió a los 80 años, fue un padre para mí y jamás me pegó pese a que le hice cosas horribles", declara Meir.

Con el correr del tiempo, el niño de Auschwitz se instaló en Ibiza, donde se enriqueció con una cadena de restaurantes y varias tiendas de moda ad lib -"copiaba la ropa india de las chicas que venían de Katmandú"-; fue cantante de cierto éxito, amigo del músico Georges Moustaki, y actor frustrado porque "los directores de cine le veían triste" pese a su aspecto de galán glamuroso. "Hoy estoy arruinado", confiesa con su mirada acuosa tras las gafas.

Haim Avni, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén y autor del libro España, Franco y los judíos, y el historiador Bernd Rother, de la Fundación Willy Brandt de Berlín, autor de Franco y el Holocausto, coinciden en que al dictador "le resultaba indiferente el tránsito de judíos a través de España". Sin embargo, el régimen franquista se cuidó mucho de impedir el asentamiento de estas personas, como lo prueba el hecho de que no permitía entrar a ningún nuevo contingente de refugiados hasta que el anterior no hubiera abandonado el territorio español. "Al terminar la Guerra Civil, Franco se vanagloriaba de haber salvado a miles de judíos sefardíes, pero eso es una gran mentira", remacha Avni. En contraste con la posición de Franco, el dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar sí permitió el establecimiento de judíos en su país.

"Los guardias civiles atendían correctísimamente a los fugitivos judíos. Y hay, incluso, el caso de un rabino francés que nada más cruzar la frontera se identificó como judío y, cuando fue llevado preso a Pamplona, los funcionarios de la cárcel pusieron en su ficha: "israelí". Los españoles veían a los judíos como extranjeros. El drama de la persecución nazi no estaba presente entre los españoles", declaran a dúo los estudiosos Avni y Rother. Y agregan que, en su opinión, la ayuda de los españoles a las víctimas se basó en la solidaridad humana: "No tiene rasgos de lucha contra el antisemitismo".

Sin embargo, hay casos que parecen indicar un mayor compromiso. Casos como el de Lola Touza Domínguez, una cantinera de Rivadavia (Ourense), quien, junto con sus hermanas Amparo y Julia, era el último eslabón de una cadena que desde 1941 encubrió a cientos de judíos en su éxodo desde los Pirineos hasta Portugal.

Hay casos como el del vigués Eduardo Martínez Alonso, que participó en la evacuación de judíos a través de Galicia, aprovechando su condición de médico de la embajada británica en Madrid. Muchos de ellos eran refugiados que habían dado con sus huesos en el campo de concentración de Miranda de Ebro (Burgos) tras haber entrado en España huyendo de la barbarie nazi.

El pasado 17 de diciembre, España pasó a ser miembro del Grupo de Trabajo de Cooperación Internacional para la Educación, Memoria e Investigación del Holocausto, conocido por las siglas ITF (International Task Force). En las próximas semanas, la embajadora especial para las Relaciones con las Organizaciones Judías, Ana Salomón, hará un llamamiento a quienes ayudaron en España a los judíos a escapar del Holocausto. El objetivo: recabar su testimonio y recuperar parte de la memoria histórica colectiva. -