miércoles, 18 de febrero de 2009

Tesoros ocultos por judíos durante la Peste Negra se exhiben en Londres

Anillos de boda, monedas, gemas y broches fueron descubiertos 650 años después del suceso, y ahora serán incluidos en la exposición Wallace Coleccion.

"Mientras la Peste Negra disminuía la población de Europa en el siglo XIV, los judíos fueron convertidos en chivos expiatorios", recordó Steven Duffy, director de exhibiciones de la Wallace Collection, uno de los más secretos y encantadores museos que tiene esta ciudad llena de misterios.

"Acusados de haber envenenado los pozos, muchos lograron escapar, dejando atrás todo lo que poseían. Pero antes de salir huyendo, lograron enterrar sus bienes más preciosos, con la esperanza de recuperarlos a su regreso", dijo.

Pero la mayoría de ellos no regresó. Fueron víctimas de la peste negra, que mató a una tercera parte de la población de Europa. Sólo en Erfurt, 1.000 judíos fueron masacrados en un solo día, el 2 de marzo de 1349, indicó.

"Los tesoros que fueron hallados en el barrio judío de Colmar, y cerca de la sinagoga del siglo XI de Erfurt, que es la más antigua de Europa, fueron seguramente enterrados por judíos", agregó Duffy.

El tesoro de Erfurt "seguiría sepultado de no haber sido por excavaciones arqueológicas" efectuadas antes de la construcción de un edificio de apartamentos, indicó la alemana Karin Sczech, comisaria de la exhibición en la Wallace, junto con Christine Descatoire, experta del parisiense museo de Cluny.

La exposición, que recuerda a cada paso la devastación causada por la peste, que se cree llegó en 1347 a Sicilia, en embarcaciones provenientes de Constantinopla (ahora Estambul), incluye también un anillo de esponsales, dentro del cual hay una diminuta bola en oro, que repica cuando se mueve.

Incrustrado con dragones, el bello anillo hallado en Erfurt lleva inscrito "Mazel Tov", que en hebreo quiere decir "Buena fortuna", indicó Sczech.

Otra de las joyas halladas en Erfurt es un pequeño frasco de perfume, que estaba envuelto en un tejido de algodón traído de India. "Ya de por sí es extraordinario que ese material llegara desde tan lejos a un pequeño pueblo alemán", subrayó Sczech.

Expertos de una casa de cosméticos parisiense analizaron el precioso frasco de perfume que perteneció tal vez a una joven y bella judía, para tratar de descifrar la misteriosa esencia vertida allí hace más de seis siglos., indicó.

Pero había "muy poco para poder analizar los componentes del perfume", según la experta.

Sólo queda ahora el diminuto frasco de plata, que antes quizá desprendió un olor a jazmín o a rosas pero que, 650 años después de ser sepultado, es sobre todo un mudo testimonio de una historia trágica.

Londres
AFP

LOS ORÍGENES DE ISRAEL, EL MITO DE PALESTINA Y EL ANTISEMITISMO ÁRABE

Porisrael.org Dori Lustron

Cuando en 1948 nació el Estado de Israel, hace casi sesenta años, las tierras de lo que algunos sesudos analistas denominan ahora "Palestina" eran un desierto inhóspito, casi despoblado y donde habitaban árabes y judíos, incluso conviviendo juntos y en paz desde hacía décadas. Luego, cuando los países árabes atacaron a Israel por no aceptar el plan de partición impulsado por las Naciones Unidas, que preveía dos Estados en el territorio que hoy ocupa lo que los árabes siguen llamando la "entidad sionista", los antiguos pobladores de los reinos de Samaria y Judea abandonaron para siempre su tierra ancestral. Nunca más volverían, fueron engañados vilmente por unos dirigentes árabes henchidos de viejas glorias al estilo de las hazañas de Saladino y un burdo nacionalismo casi rayano al nacionalsocialismo hitleriano.



Los palestinos, que realmente eran árabes que habitaban allí antes de que naciese el mito, se fueron con la tenue, endeble y mitificada esperanza de que algún día volverían a una tierra ya sin judíos, donde la entidad sionista sería tan sólo un sueño mitificado sin esperanza, una quimera destinada a ser enterrada en la desvanes de la historia. En un principio, los palestinos, engañados y manipulados por todos los dirigentes árabes, fueron hacinados en los campos de concentración –no merecen otro nombre, puedo dar fe de ello, después de haber pasado por uno de ellos en Siria- abiertos por los países "amigos" para aliviar su corta espera. Tan corta que todavía esperan miles de palestinos en los campos del Líbano, Jordania y Siria, así como en otras partes del mundo. Qué gran engaño, cuánta mentira para justificar tanto fracaso.



Luego está el asunto de la tierra, que para muchos sólo estaba poblada por los árabes. Otra absoluta falsedad. Las poblaciones judías están radicadas en la tierra palestina desde la segunda mitad del siglo XIX e incluso antes; incluso existe documentación escrita que prueba las protestas árabes por la compra de tierras por parte de los judíos durante la dominación otomana. Palestina existe porque existe Israel, de lo contrario habría sido un territorio bajo control sirio o jordano, es decir, una mera provincia integrada en uno de esos dos Estados. De hecho, la actual Cisjordania ya fue Jordania hasta el año 1967, en que durante la guerra de los Seis Días Israel se apoderó del territorio jordano y derrotó a toda una gran coalición de países árabes. No pudieron y de nuevo lo intentaron en 1973. Y de nuevo no lo lograron, como siempre que han pretendido arrojar a los judíos al mar y destruir la pérfida "entidad sionista". Su inutilidad, vistos sus resultados, es congénita.



Como recordaba el periodista Jaime Dromi, en un acertado resumen que cito textualmente:"Hasta 1947 los únicos palestinos eran los judíos, durante la guerra del establecimiento de Israel, los jordanos capturaron parte de la Cisjordania, los sirios parte de la alta Galilea y los egipcios la Franja de Gaza. Durante veinte años siguió así, no había pueblo palestino para nada, hasta que los judíos liberaron las tierras que los jordanos, los sirios y los egipcios habían ocupado, fue en ese momento, después de la Guerra de los Seis Días, que dirigidos por Arafat se empezaron a llamar pueblo pueblo palestino". En definitiva, una pura invención.



Y qué se puede decir de Gaza, que siempre estuvo bajo tutela egipcia, pero claro los dirigentes egipcios comprendieron muy pronto que los palestinos eran fuente interminable de problemas y que podían desestabilizar país. Desconectaron de Gaza y dejaron el territorio bajo la "brutal ocupación sionista", dejando así el problema en manos del Estado hebreo y comenzaron a defender la causa palestina de una forma retórica. No cometieron los mismos errores que los dirigentes libaneses, que han pagado muy cara su solidaridad, amistad y apoyo hacia la causa palestina. Los refugiados palestinos han sido la causa de la guerra civil libanesa, que desangró al país durante quince años (1975-1990) y costó casi 200.000 muertos, de los últimos enfrentamientos entre las fuerzas libanesas e integristas musulmanes escondidos en los campos de refugiados y de la permanente interferencia de Siria en este país, ejecutada muchas veces a través de grupos terroristas palestinos controlados y financiados por Damasco.



Pero volvamos a la actualidad. No olvidemos que Yasser Arafat, fracasado en sus planes genocidas y tras haber apoyado la causa iraquí en la invasión de Kuwait, allá por la primera Guerra del Golfo, en 1991, fue rehabilitado por las potencias occidentales, deseosas de solucionar para siempre los embrollos de Oriente Medio, y de nuevo volvió a salir a la luz el abandonado mito de la inexistente "Palestina". Los israelíes le cedieron territorios, les dotaron de autonomía y fondos presupuestarios –procedentes de los Estados Unidos y la UE- e incluso reconocieron al Arafat terrorista como un estadista respetable. Qué despropósito. Y de aquellos barros vienen estos lodos que hoy nos embadurnan a todos y llenan de terror y cadáveres las calles de Gaza. También de Israel. Arafat nunca abandonó del todo las prácticas terroristas y la violencia siguió siendo un instrumento de acción política para conseguir los objetivos deseados.



Los siniestros orígenes del terrorista Arafat



La rehabilitación de Arafat daría para un artículo más largo porque el personaje no tenía desperdicio. Su tío, el gran mufti de Jerusalén, Haj Amin el-Husseini, fue el principal responsable de la pavorosa huida de los palestinos cuando era líder árabe de Palestina. Como escribe Mario Aguinis, en su acertado artículo El odio contra Israel, este filonazi "no sólo se negó a aceptar la Partición decidida por las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947 para el nacimiento de un Estado Árabe y uno Judío que viviesen lado a lado y en fraterna colaboración, sino que tuvo una "idea genial" al estallar la guerra de la Independencia de Israel contra el Mandato británico y seis ejércitos árabes decidieron invadir el territorio para aplastar al flamante Estado. Esa idea lo llevó a ordenar que sus hermanos abandonasen Palestina rápidamente para permitir que Siria, Irak, Líbano, Egipto, Arabia y Transjordania pudiesen empujar a los judíos, rápida y cómodamente al mar, donde serían ahogados. En los archivos del Foreign Office existen documentos sobre los judíos que detenían a columnas de fugitivos árabes palestinos y les pedían quedarse, porque la guerra no era contra ellos, pero estos pensaron que se trataba de una estrategia para usarlos de escudo y frenar el impulso de los invasores. Más de la mitad de los árabes que abandonaron sus hogares "por unas semanas", como prometía el Mufti, no vieron a un solo soldado judío".



Más tarde, en los años treinta, llegó a viajar hasta Berlín a rendir pleitesía al mismísimo Adolfo Hitler. Allí, seducido por el personaje, este clérigo prometió erradicar cada judío de "Palestina" y sus alrededores "con los métodos científicos del Tercer Reich". Planificó erigir otro Auschwitz en Nablus, sobre las colinas de Samaria. Su lema, difundido por radios nazis, fue: "Mata a los judíos dondequiera los encuentres, para agradar a Alá y la historia". En sus Memorias, como recoge Aguinis, confiesa: "Nuestra decisión fundamental era colaborar con Alemania para hacer desaparecer el último judío del mundo árabe. Yo pedí a Hitler que me ayudase en forma explícita a resolver esta cuestión en base a nuestras aspiraciones raciales con los métodos innovadores puestos en marcha por Alemania. El me dijo: "Esos judíos son suyos". Los aliados lo buscarían más tarde como a un vulgar criminal de guerra, sobre todo por su colaboración en el reclutamiento de bosnios musulmanes para las SS de Hitler, mientras nuestro "adorado" Yasser Arafat lo citaba como "nuestro héroe". No obstante, volvamos al relato de nuestra historia y sigamos con Arafat.



Pero las decepciones de la comunidad internacional con respecto a Arafat no tardaron en llegar: en el año 2000, cuando Israel está dispuesta a ceder en casi el 97% de las aspiraciones de los palestinos, Arafat, que se encontraba reunido con Bill Clinton y Ehud Barak en Camp David, rechaza cualquier posibilidad de un acuerdo de paz con los que él considera sus sempiternos enemigos y vuelve a las andadas, es decir, al terrorismo como instrumento de acción política. Los países europeos y los norteamericanos comprobaron entonces que el liderazgo palestino no era de fiar y Egipto y Jordania, cansadas del viaje hacia el terror de Arafat, intensificaron sus relaciones con Israel sin importarles las inútiles bravatas de quien había hecho de la causa palestina el principal sustento (económico) de una casta política y familiar a la que no le importaba para nada la miseria, el hambre, el abandono y la rabia de su pueblo. Incluso su mujer, Suha Arafat, llegó a gastarse más de 100.000 dólares en una sola tarde en las tiendas parisinas más lujosas, mientras miles de palestinos se morían literalmente de hambre; también se ha hablado de la cuantiosa fortuna de Arafat, que podía alcanzar los 900 millones de euros y que estaría bloqueada en los bancos suizos, dinero procedente de los sufridos contribuyentes europeos y que sirvió durante años para financiar las acciones terroristas contra Israel. Como todo el mundo sabe, las más nobles causas suelen estar repletas de sinvergüenzas sin restricciones morales.



Finalmente, Arafat murió en el año 2005, y desde ese año las cosas no han hecho más que empeorar. La respuesta a la cleptomanía crónica de la camarilla que dirigía los destinos de la autonomía palestina fue el movimiento fundamentalista Hamas, supuesto valedor de los principios morales y éticos de un pueblo que peores dirigentes no podía haber tenido. Digo supuesto porque si apoyar las acciones terroristas contra civiles indefensos, incluyendo aquí a mujeres, niños y enfermos (¡sí, enfermos!: el último atentado de Hamas iba dirigido contra un hospital) es legítimo en el mundo palestino es para echarse llorar, para abandonar toda esperanza y claudicar. Ahora, nuevamente, se vuelve a hablar del mito de "Palestina", de un supuesto Estado que englobe algunos de los antiguos territorios jordanos y nada más, pues Gaza ya ha escapado no al control de la Autoridad Nacional Palestina sino que su reino ya no es de este mundo y habrá que esperar que algún día regresen a las sendas de la racionalidad política. El destino de Gaza es inescrutable, pertenece más a la metafísica desentrañar sus misterios que a la ciencia política. Que Alá coja confesados a los habitantes de este reino que compatibiliza la miseria generalizada con el jomeinismo más reaccionario.



Desconectarse de Gaza



Así las cosas, y llegados a este punto y con semejante compañía, no es de extrañar que el agónico Sharon se decidiera en su momento por la desconexión de Gaza, más allá de terceras vías y apuestas inútiles por una paz que nunca llega porque casi nadie en el mundo árabe la desea; en la retórica antisionista muchos han encontrado su fuente de legitimidad, como es el caso de Siria, y otros, como los líderes palestinos, un permanente mana para hacer sus negocios. Pero de nada sirvió desconectarse, pues los gansteres que gobiernan en Gaza –no merecen otro nombre- son unos asesinos natos que no dudan en atacar con sus cohetes casi diariamente a las poblaciones civiles israelíes como en matar a sus adversarios de Al Fatah como perros –varios centenares, según fuentes autorizadas-. Así se llegó al justificado ataque de Israel contra las bases terroristas de Hamas en Gaza. La situación era insoportable, convivir pacíficamente con esta gente es imposible.



Y luego esta guerra interminable que no conduce a nada, pues en la muerte gratuita y en la banalidad de un mal injustificable no se encuentra más que la coartada política para justificar tanto fracaso ante su agotado pueblo. Mucha retórica hueca, demagogia antisionista barata y gratuita al estilo de los Protocolos de los Sabios de Sión y un viaje hacia ninguna parte comenzado allá por el año 1948, cuando las Naciones Unidas les ofrecieron una solución justa que rechazaron en aras de esta cruzada tan inútil. Nunca tan pocos, los dirigentes de Al Fatal y Hamas, habían sacado tanto de la miseria de tantos y de un mito inalcanzable llamado "Palestina".


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PARA UNA HASBARA EFECTIVA
JUNTOS SOMOS MAS

Israel recluta voluntarios para combatir en la blogosfera


Luego que Obama expresara que su mala relación con el Vaticano es causado por los blogs "católicos de derecha", Israel tomará casi un millar de voluntarios de diferentes lenguas para combatir en Internet lo que les sea adverso. Nótese las tácticas. Algunas son conocidas ¿no habrán empezado ya?

De publico.es EUGENIO GARCÍA GASCÓN - Visto en Crux et Gladius

Corresponsal Jerusalén

El Ministerio de Exteriores de Israel ha iniciado el reclutamiento de centenares de voluntarios que tendrán la misión de contrarrestar las críticas que recibe su Estado en los diarios digitales de todo el mundo y defender los intereses del país en la blogosfera en general.


Más de 700 israelíes y judíos han respondido al llamamiento dirigido a millares de inmigrantes que han llegado a Israel recientemente y que dominan al menos una segunda lengua que no es el hebreo. Alrededor de un centenar de los inmigrantes reclutados tienen el español como primera lengua.

También han mostrado interés centenares de voluntarios judíos que viven en el extranjero e incluso simpatizantes de Israel que no son judíos, como es el caso de un chino. Los voluntarios son hablantes de un gran número de lenguas mayoritarias y minoritarias.

"El mundo de hoy carece de fronteras y es necesario que Israel transmita sus ideas y proyectos hacia el mundo virtual, que tiene un gran potencial, y donde es necesario estar presente para definir la imagen del país que se tiene en el extranjero", explicó a Público Ilan Schturman, delegado de comunicaciones del ministerio de Asuntos Exteriores.

Auténticos embajadores

Los ministerios de Absorción (responsable de la llegada de judíos a Israel) y Exteriores conceden una gran importancia a este proyecto. Representantes de ambos ministerios han hecho el llamamiento a través de la televisión y la radio indicando que están buscando "auténticos embajadores" que expliquen que "la imagen de Israel es muy distinta de la que normalmente se transmite en los medios de comunicación extranjeros".

Las tácticas que normalmente utilizan los defensores de Israel en la prensa digital consisten en desviar la atención del artículo que se comenta y crear conflictos personales con otros bloguistas que apartan la atención del texto de referencia.

"Lo que pedimos a los voluntarios sobre todo es que sean activos, que se dejen ver con frecuencia en la blogosfera y que participen en la organización de manifestaciones favorables a Israel. Esto es algo que hoy se puede hacer desde el sillón de la habitación de tu casa", explica Schturman.

Siento envidia de Israel


Hace un tiempo escribí que el Estado de Israel quiso ser Atenas y lo obligan a portarse como Esparta. Mantengo ese criterio. Por Marcos Aguinis |*|

Antes de la independencia israelí los judíos asumían que desde Sión se irradiaría paz, luz y saber. Estaba aún lejos la soberanía sobre el terruño ancestral, pero durante la refertilización y reforestación que desencadenaron los pioneros en esa olvidada provincia del Imperio Otomano, también se establecieron instituciones académicas, científicas y artísticas. La lista de obras realizadas en pocas décadas es apabullante, porque incluye teatros, orquestas, institutos técnicos, una red de escuelas, centros de investigación, la universidad de Jerusalén, conservatorios, el museo Bezalel, huertas, granjas y fábricas. Consolidaron una mentalidad vinculada al trabajo y la creación mediante la erección de ciudades grandes y pequeñas, kibutzim y moshavim, desarrollo vial, excavaciones arqueológicas.
No me gusta ser apologista, pero hay hechos demasiado evidentes que se tratan de negar falazmente. Como argentino, envidio a Israel. Y lo digo, aunque suene a "políticamente incorrecto" en estos días de dolor, confusión y odio.

Israel fue uno de los hechos progresistas más notables del siglo XX. Extensiones desérticas se convirtieron en jardines. Fueron plantados bosques donde sólo había colinas peladas. Documentos del Foreing Office detallan las columnas de árabes provenientes de Egipto y Siria que inmigraron a la entonces Palestina bajo mandato británico para beneficiarse de la industriosidad sionista.

Pese a la ausencia de recursos naturales y la pobreza inicial, fue maciza la decisión de poner las bases de un Estado que fuese productivo, democrático, pluralista, con libertad de expresión, igualdad de la mujer y majestad de la justicia. Significaba una revolución en el Oriente Medio, que generó asombro y luego animosidad entre los sectores más quietistas de toda la región, incluidos los judíos ultra-ortodoxos que allí vivían desde hacía siglos. Por eso dirigentes regresivos como el Mufti de Jerusalén, viajaron a Berlín y Zagreb, para fotografiarse e inclinarse ante Hitler y Ante Pavelic, prometiéndoles liderar la "solución final" en Medio Oriente limpiándolo de judíos.

El reciente Israel arraigaba en la tradición de los profetas, pero también en la herencia que provenía de Atenas. Ben Gurión fue un lector incansable de los clásicos griegos. La ciudad de Pericles era un modelo que se articulaba con la tradición bíblica y talmúdica.

No obstante, pese a que se quería edificar algo semejante a la Atenas de Pericles, hubo que entrenarse para los combates, como los espartanos. Se debía lidiar con un océano hostil.

Entonces surgieron personajes bravíos como Leónidas. Se formó un ejército estrictamente popular, donde cada ciudadano debía poner el pecho para defender a su familia. Si no se era también Esparta, no se podía sostener Atenas. Era -sigue siendo- una cruel paradoja.

La mentalidad de Esparta, sin embargo, jamás asfixió la de Atenas. Después de la independencia (año 1948), pese al racionamiento por falta de víveres, y tener que recibir espectrales sobrevivientes del Holocausto -además de los 800 mil judíos expulsados de todos los países árabes como expresión de venganza por la derrota militar-, se fundaron más universidades, más teatros, más conservatorios, editoriales, periódicos, centros culturales, numerosos museos. Se realizaron descubrimientos de trascendencia en el campo de la biología, la agricultura, la genética, las comunicaciones, la química, la informática. Muchos israelíes recibieron reconocimientos internacionales, entre los cuales figuran varios premios Nobel.

En casi un siglo y medio de afiebrada actividad pionera, ese diminuto fragmento del globo terráqueo vibra con el espíritu de una resucitada y asombrosa Atenas, pese a que los vecinos y una parte enceguecida del mundo la quieren borrar del mapa y la obligan a portarse como Esparta.

García Granados, embajador guatemalteco ante la ONU durante la independencia de Israel, escribió que la legitimidad de este país arraigaba en su extraordinaria potencialidad constructiva y la notable autodefensa desplegada por sus ciudadanos. "Israel no fue un regalo, sino que ganó en buena ley su lugar entre las naciones". Su vocación no es la guerra, sino vivir en paz para seguir creando. Por eso, cuando Egipto aceptó la paz, Israel le devolvió hasta el último grano de arena del Sinaí, un territorio tres veces más grande que el suyo propio.

|*| Escritor. Autor de "La pasión según Carmela"

Fuente: La República.

“Shoah”: impresionante documental de Lanzmann se proyectará en España en cuatro sesiones

El ciclo 'Los ecos de la memoria', en la UNED, (Universidad Nacional de Educación a Distancia, España), acoge este testimonio de nueve horas y media
Considerado uno de los más impresionantes documentales sobre el holocausto y los campos de exterminio nazis, 'Shoah' es protagonista desde hoy de las jornadas del ciclo 'Los ecos de la memoria', organizado por la Consejería de Educación-CIEFP, con la colaboración de la UNED, España.

Once años tardó su director, el intelectual Claude Lanzmann'-ex director de 'Les Temps Modernes-, en rodar este documento cuya duración supera las nueve horas y media, por lo que se proyectará en diferentes sesiones. Desde hoy y durante otros tres encuentros sucesivos, los días 20, 25 y 27, se ofrece este documental, 'Shoah' (1974-1985), del director Claude Lanzmann (París, 1925).

Ante la cámara hablan tanto testigos judíos que se salvaron de los campos de exterminio y vieron morir a los suyos, como algunos responsables nazis. Asimismo, los campesinos polacos que vivieron en los pueblos cercanos explican cómo vivieron aquel horror. La película ha pasado a representar la voz y el testimonio definitivo sobre el holocausto.

El documental, desde su estreno en el Festival de Cannes en 1985, ha sido objeto de numerosos estudios y críticas, puesto que su director no ofrece la visión del Holocausto que habitualmente se había venido dando en la cinematografía, esto es, recreando escenarios, personajes e historias, sino que plantea un relato a base de testimonios y entrevistas a víctimas, expertos, testigos y verdugos. 'Shoah' fue rodada en tiempo presente puesto que Lanzmann no quiso actores ni escenarios artificiales de campos o guetos ni imágenes históricas.
La monumental cinta es un alegato contra el olvido, en la que todo el poder de la narración se deposita en los hombres y mujeres que declaran ante la cámara.

La crítica ha sido unánime al considerarla una obra maestra única en su género.


Fuente: eldiariomontanes.es

EL CALENDARIO HEBREO


Cuando se crearon el sol y la luna fue escrito en la Torá: "Y sirvan como signos para las estaciones, los días y los años" (Génesis 1:14). Y en el libro de los Salmos está escrito: "Eres el que constituyó la luna para fijar los tiempos" (104:19). El sol y la luna son el parámetro para dividir los días, semanas y meses del ano.

Los principios del calendario

El calendario hebreo aceptado por el pueblo de Israel, está basado en la combinación de los sistemas lunar y solar en completa armonía entre un día completo, mes-lunar y ano solar.

La necesidad de utilizar este complejo método es porque la Torá nos obliga a considerar tanto el mes anual como el mes solar. Los meses del año están santificados por la Torá: "Y el primer día de cada mes ofreceréis un sacrificio al Eterno... Tal será el holocausto del principio de cada mes, todos los meses del ano" (Números 28:11) También está escrito: "Este mes será para ustedes" (exodo 12:2), nuestros sabios dijeron: "Le mostró la luna al renovarse y le dijo: cuando la luna se renueve será para ustedes principio de mes". Es por esto que nosotros fuimos obligados de fijar y santificar los meses según el novilunio. Pero junto con esto fuimos obligados a festejar de manera meticulosa que el mes de Nisán sea siempre en la primavera como está escrito: "Guardarás el mes de aviv (Nisán) y celebrarás la pascua al eterno" (Deuteronomio 15:1), y esto nos obliga a basar el ano por el sistema solar.

Para unir la diferencia entre el año lunar y el ñno solar, que provoca un desfase de aproximadamente 11 días, nuestros Sabios fijaron el "ibur" (bisiestos), que se adicionan de vez en cuando un día en el mes, y un mes cada ano (Adar II), según la necesidad.

Según el calendario hebreo, el año es a veces de doce meses, y se llama "año simple" y a veces de trece meses (se agrega Adar II) y se lo llama "año bisiesto". En el ciclo de 19 anos hay 12 años "simples" y 7 años "bisiestos" según una división parcialmente fija.


Meses "completos" y meses "incompletos

En el calendario hebreo hay meses "completos" de 30 días y meses "incompletos" de 29 días. Según esta regla: Tishrei siempre es completo, Tevet siempre es incompleto, y de aquí en más un mes completo y uno incompleto, intercaladamente. Fuera de la regla están los meses de Jeshvan y Kislev que a veces son incompletos, entonces el año es "incompleto" (353 días), a veces ambos son completos y el año es "completo" (355 días), a veces un es completo y otro incompleto, entonces el año es "regular" (354 días). Esto con respecto al año "simple", mientras que el año "bisiesto" los números difieren: un año "completo" - 385 días, un año "regular" - 384 días, un año "incompleto" 383 días.

Todos estos cálculos meticulosos no son sólo para corresponder los meses con las estaciones del año, sino también los motivos están relacionados con el cuidado de los preceptos. Así se fijó que Iom Kipur no puede coincidir, ni un día viernes ni un domingo, ya que no pueden haber dos shabatot seguidos. De la misma manera Hoshana Raba no puede coincidir con Shabat, ya que sino estaría prohibido golpear aravot. De acuerdo con esto Rosh Hashana no puede coincidir en los días domingo, miércoles y viernes.

Esta es la regla que dictamina cuando un año es "incompleto", "completo" o "regular".


Los nombres de los meses

Los nombres de los meses en el calendario hebreo son babilónicos, que trajeron los inmigrantes de Babel. De los nombres hebreos originales quedaron solamente cuatro: el mes de Primavera (Nisán), el mes del Resplandor (Iaar), el mes del Fruto (MarJershan) y el mes de la Fuerza (Tishrei). En las excavaciones de "gezer" se encontró un calendario de arcilla antigua, en el cual están tallados los meses hebreos antiguos, estos meses tiene un carácter agrícola por excelencia: el mes de la cosecha, el mes de la de la siembra, el mes de la recolección, el mes de cosechar el lino, el mes de cosechar la cebada, el mes de la vendimia y el mes de verano.

En la Biblia los meses son llamados según un orden numérico: el primer mes (Nisán), el tercer mes (Sivan), el séptimo mes (Tishrei). También en el período del segundo templo llamaban a los meses según el orden numérico de la Biblia.


La cuenta de los años

El conteo de los años en el calendario hebreo comienza con la creación del mundo, o sea hace más de 5000 años. El ano 5759, simboliza 5759 años desde la creación.

A diferencia de esto el calendario cristiano comienza desde el nacimiento de Jesús, que es el año 3760 del calendario hebreo. Una manera de calcular el año hebreo en el calendario judío es la de agregar 240 al año sin su milenio. Es decir, 779 y otros 240 daría 999, agregamos 1000 y sería 1999.

martes, 17 de febrero de 2009

Conferencia sobre Antisemitismo. Aseguran que es “alarmante” el brote antisemita que afectó al mundo


Itongadol/AJN.- Parlamentarios, juristas y expertos debatieron sobre el crecimiento del antisemitismo en el mundo en la Conferencia sobre el Combate del Antisemitismo que se realizó en Londres. En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias, el representante en América Latina del Centro Simon Wiesenthal, Sergio Widder, indicó que la situación de antisemitismo es “alarmante” y precisó que las experiencias analizadas sirvieron para descubrir distintos “niveles y contextos” de esta problemática que se agudizó a partir de la ofensiva israelí contra Hamas.clic

Más de un centenar de líderes académicos, juristas, parlamentarios y representantes de organismos no gubernamentales se reunieron en Londres para analizar durante tres días políticas, legislaciones y medidas que permitan reducir el “alarmante” nivel de antisemitismo que afecta al mundo.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Sergio Widder, representante en América Latina del Centro Simon Wiesenthal y quien participó en la Conferencia sobre el Combate del Antisemitismo, definió como “alarmante” a la situación de antisemitismo que afecta las distintas naciones.
No obstante, aclaró que las experiencias analizadas sirvieron para descubrir distintos “niveles y contextos” de esta problemática, que se agudizó a partir de la ofensiva israelí contra Hamas, en la Franja de Gaza.
“Fue una reunión muy importante donde participaron parlamentarios y funcionarios de distintos gobiernos, expertos académicos y miembros de organizaciones no gubernamentales. En mí caso me llamaron para participar en el foro de expertos y hubo otro delegado del centro que fue Shimon Samuels”, precisó Widder.
Las reuniones en Londres comenzaron el domingo, pero la actividad formal arrancó ayer lunes y se completó hoy martes con distintos talleres y actividades tendientes a buscar medidas que permitan frenar al menos la crisis generada por este brote antisemita.
En este sentido, Widder precisó que durante los datos analizados en este encuentro se hizo mención a los casos de Irán, que niega la existencia del Estado de Israel, y de Venezuela, donde la comunidad judía fue blanco de distintos ataques y campañas.
“Estuvo presente el tema de Irán y de Venezuela como dos casos contemporáneos de antisemitismo que cuentan con el apoyo del Estado”, precisó Widder.
El representante del Centro Wiesenthal indicó que en el debate de estos dos casos se coincidió de que “representan una amenaza para la comunidad judía porque excede una perspectiva política de la situación de Medio Oriente y pasa a ser un discurso de amenaza no solo contra Israel sino también para la comunidad judía”.
No obstante, Widder aclaró que los casos de Irán y Venezuela “no se tocaron como temas nacionales ni hubo una sesión especial para debatir estos casos, ya que se tomó el tema antisemitismo en forma trasnacional”.
La Conferencia sobre el Combate del Antisemitismo fue organizada por la oficina de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña y de la Commonwealth del gobierno británico junto con la Coalición Interparlamentaria para Combatir el Antisemitismo (ICCA, por su sigla en inglés).
Durante la reunión se discutieron planes de acción coordinados y medidas para colaborar desde los distintos parlamentos con el combate del antisemitismo en el mundo.
“Este foro trató el nuevo antisemitismo que tiene que ver con la demonización y deslegitimación de Israel, la conferencia de Durban II y el uso de Internet para promover el odio, dado que es el espacio de mayor difusión de antisemitismo”, explicó Widder.
El representante del Centro Wiesenthal contó que participó en “un taller que tenía que ver con el uso de Internet y otro dedicado al tema de simbología y caricaturas, en el que se trató cómo los nuevas dibujos toman los modelos y estereotipos antisemitas ya clásicos”.
“Presentamos la contribución desde el trabajo que está haciendo Centro Wiesenthal que viene haciendo sobre el uso de Internet desde hace una década, con reportes anuales”, contó el directivo.
El estudio analiza desde cómo se promueven los grupos neonazis hasta las campañas de reclutamiento de voluntarios para la Jihad Islámica.
“Esta conferencia es una continuidad de un proceso que se inició con el foro global contra el antisemitismo. Nuestro centro forma parte de este proceso del que pueden salir herramientas importantes en la lucha contra el antisemitismo”, destacó Widder.
En este encuentro realizado en Londres también participó el fiscal Alberto Nisman, quien investiga el atentado a la AMIA, ocurrido en Buenos Aires en 1994.
Tambièn estuvieron el ex ministro y miembro del Parlamento israelí, Natan Sharansky, y el rabino Andrew Baker, representante del Presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para la lucha contra el antisemitismo.
A ellos se agrega el ministro de Estado de la Oficina de Asuntos Exteriores y la Commonwealth del gobierno británico, Lord Malloch-Brown, entre otros miembros de gobierno y legisladores de Estados Unidos, Australia, Bulgaria, Alemania, República Checa, Italia, Canadá, Marruecos, Rumania, Uruguay y Gibraltar.
Se prevé que la conferencia volverá a realizarse el próximo año.

El futuro de las relaciones israeloamericanas en peligro


¿Nos dirigimos hacia un período de tensiones diplomáticas entre Israel y su aliado más fiel, Estados Unidos? Según una información publicada en la prensa israelí, la actitud de la nueva administración americana sobre algunos expedientes fundamentales tendría que comenzar a preocupar mucho a Jerusalén…

Primera posible causa de tensión entre Jerusalén y Washington: el nuevo mapa político después del escrutinio del pasado 10 de febrero. No se trata, naturalmente, de una injerencia directa en los asuntos internos de Israel.

No obstante, y no es un secreto para nadie, la administración Obama habría preferido que triunfase una mayoría más dispuesta a aceptar compromisos territoriales. El Secretariado de Estado habría comunicado la esperanza de Washington de ver un Gobierno de unión Likud-Kadima. Es lo que afirmó uno de los líderes del Likud.

La cuestión de los asentamientos israelíes en Judea-Samaria podría también desconcertar al próximo Gobierno israelí. Según algunas fuentes diplomáticas, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, tendría la intención de ejercer presión sobre Israel para obtener el cese total de la construcción de los asentamientos.

Sobre el expediente iraní, la preocupación israelí es manifiesta, debido al retraso por parte de la nueva administración americana, la cual debe definir una posición clara sobre el programa nuclear de Teherán. Jerusalén teme que la fase del diálogo con Irán, promovida por Washington, tome demasiado tiempo, y que el régimen de los Molahs lo aproveche para progresar hasta la obtención del arma nuclear. Según Jerusalén, en caso de fracaso de las negociaciones entre Washington y Teherán, las sanciones internacionales contra Irán deberían ser más severas.

Hay que señalar que después de Irán, la próxima etapa de la reconciliación americana pasa por Siria. La prueba, el senador demócrata John Kerry, jefe de la comisión senatorial de las relaciones extranjeras, viajará a Damasco la próxima semana.

Una visita en el momento justo, puesto que en el mismo momento, EE.UU ya habrá nombrado a un embajador en la capital siria. Una primicia desde que fue repatriado el último embajador en 2005, a raíz del asesinato del Primer Ministro libanés Rafic Hariri, en el que Siria había sido señalada con un dedo acuasdor.

Por fin, Israel teme un cambio de actitud de Estados Unidos sobre la segunda conferencia internacional contra el racismo, que se celebrará en Ginebra en el mes de abril. Los Consejeros del Presidente Obama intentan convencerle para que envíe delegados, a pesar del compromiso asumido por su antecesor, George W Bush, sobre el boicot americano de la conferencia, bautizada como “Durban 2”.

La primera conferencia internacional sobre el racismo; organizada por la ONU en 2001; había causado un verdadero desencadenamiento de declaraciones y manifestaciones antiisraelíes y antisemitas, lo que condujo a las delegaciones israelí y americana a abandonar la conferencia. Por ello el boicot de Durban 2, por parte de Washington, parecía hasta ahora garantizado.

El próximo Gobierno israelí, cualquiera que sea su composición y la identidad de su jefe, tendrá mucho por hacer para que las relaciones con el aliado americano sigan siendo tan positivas como durante estos últimos años.

Retrato del antisemita actual

Un análisis sobre el antisemitismo de hoy en día. Cómo se lo utiliza para argumentar en contra del Estado de Israel.

Se equivocan quienes aseguran que la extendida oposición a los demoledores bombardeos de Israel sobre Gaza equivale, en nuestro país, a un nuevo brote antisemita. Se esté o no de acuerdo con las manifestaciones contrarias al Estado de Israel, lo cierto es que en cualquier sociedad abierta siempre es posible expresar disconformidad con una política determinada, sea ésta nacional o internacional.


Sí, en cambio, es una inequívoca expresión de antisemitismo la brutal embestida que en muchas de tales manifestaciones se ha llevado a cabo contra los integrantes de la comunidad judía local. Es antisemitismo, y no otra cosa, la decisión de considerar ciudadanos israelíes a quienes, sin dejar de ser judíos, son ciudadanos argentinos.

Las bandas judeofóbicas locales promocionan la creencia de que, enmascarados en documentos de identidad nacional, los judíos que se dicen argentinos son, en realidad, siervos de Israel, a cuyas directivas responden sumisamente. Se trata, para ellas, de israelíes infiltrados en suelo argentino, a fin de menoscabarlo, poniendo en riesgo el bienestar y la seguridad del país.

Vieja retórica, por cierto, pero no por ello menos activa en un medio donde no abundan las tradiciones pluralistas. Así, por ejemplo, cuando fue volada la sede de la embajada de Israel en Buenos Aires, cundió en un primer momento, con un alto grado de credibilidad pública, la hipótesis alentada por voces "progresistas" que aseguraban que el ataque a la embajada no era obra del extremismo islámico con apoyo local, sino fruto de un involuntario autoatentado: la sede de esa representación diplomática habría estado colmada de explosivos. Por descuido, ese arsenal estalló y terminó con aquellos mismos que debían emplearlo contra sus enemigos. De tal forma y de paso, la Argentina quedaba envuelta, por culpa de "los judíos", en un conflicto bélico al que era totalmente ajena.

Esta concepción denigrante de los judíos argentinos permite homologar, en un mismo desprecio, a israelíes y judíos, confundiéndolos en una sola semblanza. Precisamente por eso es posible advertir que, al menos argumentalmente, el antisemitismo de hoy difiere del antisemitismo de ayer. En el pasado (digamos, hasta la creación del Estado de Israel, en 1948) al judío se lo rotulaba, desde el bastión antisemita construido en la Modernidad, ya no únicamente como deicida sino, ante todo, como apátrida y demoníacamente empeñado en la dominación del planeta.

Para el antisemita actual, en cambio, el judío ha dejado de ser apátrida. Ahora tiene patria y esa patria es Israel, aun cuando sostenga que es otra su nacionalidad. Resida donde resida, se escude detrás del pasaporte en el que se escude, lo único cierto, para el antisemita de nuestro tiempo, es que el judío, todo judío, es no sólo proisraelí sino israelí a secas. Por eso la condena en bloque de Israel equivaldrá siempre a la condena de los judíos sin más. El judío, en fin, es un intruso en las naciones donde se encuentra y corresponde denunciarlo como tal.

Bien se sabe que donde reina el prejuicio discriminatorio poco importan, a quienes lo hacen suyo, los hechos que desmientan su pretendida validez.

Mucho se ha escrito -y certeramente- sobre las raíces del antisemitismo. El fenómeno cuenta en su haber con una abultada vigencia: 2600 años por lo menos, a lo largo de los cuales sus estrategias discursivas han variado sin perder por ello clientela ni intensidad. Lo prueban, además de otros previos, los episodios recientes que han tenido lugar en la Argentina.

Un país como el nuestro, donde el ejercicio de la política es, con demasiada frecuencia, un despliegue impúdico de intolerancia y esquematismo, donde no existen adversarios sino enemigos y que prefiere las consignas a las ideas, debería entender como un síntoma de su propia pobreza moral, cultural y psíquica las conductas discriminatorias y reduccionistas de su tropa judeofóbica. La responsabilidad primera de un gobierno que se pretende democrático es condenar sus exteriorizaciones públicas. Si no lo hace, concede, por omisión, legitimidad al racismo y fuerza operativa a la irracionalidad de sus planteos. De hecho, los ex funcionarios del oficialismo que operan como antisemitas confesos no encontraron ninguna barrera legal al desarrollo de sus festines judeofóbicos. La impunidad que los protege es, al unísono, la que los ceba y les garantiza condiciones propicias para que puedan cumplir, sin acotamiento policial, con su propósito delictivo.

Partiendo de las premisas siniestras que distinguen su concepción del judaísmo y los judíos, atentados criminales como el sufrido por la AMIA, hace tres lustros, pueden entonces ser caracterizados, por los abanderados del antisemitismo local no como acciones terroristas consumadas contra el país, sino contra una comunidad extranjera enquistada en él y por cuya desgraciada presencia entre nosotros ha pagado nuestra patria con vidas "inocentes" (es decir, no judías). Así, los judíos proyectan sobre el escenario nacional conflictos que no le atañen, pero que terminan afectando hondamente la tranquilidad y la seguridad de la nación. El triunfo fundamental logrado por el antisemitismo iraní en el caso de lo ocurrido en la AMIA -y del cual, desde hace años, es vocero entusiasta el presidente Mahmoud Ahmadinejad- no sólo consistió en haber logrado convertir en escombros esa institución emblemática. A ese triunfo criminal hay que sumarle otro no menos grave: el político e ideológico, que consiste en haber conseguido que buena parte de la sociedad argentina, aun en sus sectores mejor formados e informados, creyera en ese momento, y siga creyéndolo quince años después, que ese emprendimiento miserable no fue ejecutado contra la República Argentina, sino contra la comunidad judía.

Es imprescindible advertir que los atentados contra las comunidades judías concebidas como cuerpos extraños a las sociedades que integran podrían multiplicarse en un futuro próximo, estimulados por el curso que ha tomado el conflicto de Medio Oriente. No se trata de una conjetura personal, sino de una amenaza explícita formulada por representantes de varios grupos fundamentalistas y terroristas. Ante las dificultades que encuentran para doblegar militarmente a Israel, optarían, como en el pasado reciente al que acabo de referirme, por otros escenarios mundiales en los que, gracias a la labor preparatoria que en ellos realiza el antisemitismo, se encuentra afianzada la homologación entre judíos e israelíes. En el afán de volcar la opinión pública internacional a favor de su causa y en contra de Israel, el extremismo islámico puede contar, casi con seguridad, con que la lectura que muchos harán de esos atentados venideros encontrará respaldo, en muy buena medida, en esa homologación tan cara al antisemitismo actual.

El esfuerzo por superar ese prejuicio atroz y sus efectos no puede sino estar inscripto en el marco de la lucha que, desde la educación y la ley, debe emprenderse contra las discriminaciones de toda índole.

Ciertamente, el judío es, desde hace mucho, blanco constante de la intolerancia. Pero, junto con la suya, hay otras figuras igualmente condenadas por el desprecio: la de la mujer, la del negro, la del creyente que ejerce su fe de un modo distinto del nuestro. Súmese a ellas la figura del homosexual, la del trabajador explotado, la del excluido social, la del indígena. Y a éstas, la de pueblos como el palestino, cuyo derecho a contar con un Estado propio no sólo se ve trabado por su interminable conflicto con Israel, sino también por la hipocresía de muchos dirigentes árabes y por la instrumentación perversa que de su aflicción y de su causa hace el terrorismo islámico, dispuesto a seguir utilizándolo como rehén y carne de cañón en su ciego afán de terminar con la existencia de Israel.

París asume su responsabilidad por deportar a 75.000 judíos

El Consejo de Estado, la más alta autoridad administrativa de Francia, ha expresado solemnemente la "responsabilidad" del Estado francés en la deportación de familias judías que acabaron asesinadas en el campo de exterminio de Auschwitz. En una resolución que se hizo pública ayer, el Consejo de Estado asegura que Francia, sin órdenes expresas de la Alemania ocupante, "permitió o facilitó la deportación de personas víctimas de persecuciones antisemitas".

Se produjeron cerca de 75.000 deportaciones. Sobrevivieron sólo 2.566 personas. El Consejo de Estado asegura que "hubo arrestos, internamientos y traslados a campos de tránsito que se convirtieron, de hecho, durante la II Guerra Mundial, en la primera etapa del confinamiento de estas personas en campos donde se las exterminó".

A pesar de esto, el dictamen del Consejo de Estado niega la indemnización solicitada por la hija de un hombre que fue arrestado por la policía francesa durante la II Guerra Mundial, deportado en 1941 al campo de concentración de Drancy y trasladado a Auschwitz, donde murió.

Daños y perjuicios

La hija reclamaba 200.000 euros en concepto de daños y perjuicios y su petición es, de hecho, el origen de la resolución. Su abogado aseguraba ayer a la agencia France Presse que recurrirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

No es la primera vez que el Estado francés expresa su responsabilidad por lo ocurrido a los judíos franceses bajo la ocupación alemana. Ya lo hizo el presidente Jacques Chirac en 1995, en la conmemoración del aniversario de la "gran redada" ocurrida en el Velódromo de Invierno de París, donde, en julio de 1942, más de 7.000 franceses judíos fueron confinados por la policía durante más de cinco días para, después, enviarlos al campo de concentración de Drancy y, más tarde, a Auschwitz.

Pero, al negar la indemnización a la hija de la persona origen del litigio, la resolución del Consejo de Estado cierra la puerta a las más de 400 reclamaciones de descendientes de estos judíos franceses deportados, cuyo caso se encuentra en algún escalón administrativo a la espera de un fallo. El Consejo de Estado considera que Francia ha tomado ya distintas medidas encaminadas a recompensar a esas familias por los "perjuicios de todo tipo", "de manera comparable" a otros países europeos en la misma situación.

Livni: Tenemos que renunciar a la mitad de la Tierra de Israel


Los candidatos a formar el nuevo Gobierno expusieron diferentes proyectos

Tzipi Livni (foto), que busca ser nombrada primera ministra de Israel, afirmó que Israel debe renunciar a una parte considerable de su territorio a cambio de paz con los palestinos, estableciendo una clara distinción con su rival, Biniamín Netaniahu.
Ella recalcó, en una convención de líderes judíos de Norteamérica, "tenemos que renunciar a la mitad de la Tierra de Israel", utilizando un término que se refiere a las fronteras bíblicas que incluyen la actual Israel, Cisjordania y Gaza, repitiendo su conocida opinión que una retirada de las zonas palestinas sería por el bien de Israel, para que se mantenga como un Estado judío.
Expresó, en la Conferencia de Presidentes de Grandes Organizaciones norteamericanas, que Israel debe tomar la iniciativa y presentar su propio plan de paz para desactivar los programas internacionales. "Cualquier plan que pongan sobre la mesa no estará de acuerdo a nuestro interés".
El líder del Likud, Biniamín Netaniahu, rival de Livni para la formación del nuevo Gobierno, se opone a concesiones territoriales a gran escala territorial en las conversaciones de paz con los palestinos. En su opinión, las negociaciones deberán concentrarse en la creación de la economía palestina.
En su discurso ante la reunión, Netaniahu excluyó retiradas unilaterales de territorio, criticando la retirada de Israel de Gaza en 2005, señalando que la misma permitió a los terroristas islámicos de Hamas hacerse cargo de ella.
Dijo que, también, no quiere gobernar a los palestinos, pero Israel debe mantener el control de todas las fronteras, espacio aéreo y tráfico electrónico, indicando que su oferta a los palestinos sería considerablemente inferior a un Estado soberano.
"Independientemente de cómo se logra la solución, los palestinos deberían dirigir sus vidas. Ellos deben gobernarse a sí mismos, pero no tendrán ciertos poderes que amenacen el Estado de Israel.

lunes, 16 de febrero de 2009

El fin del Sí pero No


Desde Israel, Alberto Mazor analiza con preocupación la realidad política luego de la Guerra en Gaza y de los últimos comicios.


Autor: Alberto Mazor

Si una imagen simboliza más que mil palabras el resultado de las recientes elecciones legislativas israelíes, esa es la del rabino Michael Ben Arí, nuevo diputado del partido Unión Nacional - dilecto alumno del xenófobo Meir Kahane, cuya facción fuera declarada ilegal por la Corte Suprema – entrando al parlamento, mientras la diputada Zehava Gal-On, del partido de izquierda Meretz, tenaz luchadora por la paz y los derechos humanos, abandona su banca en la Knésset.
Los enormes interrogantes y los complicados problemas desencadenados por los resultados de las últimas elecciones recién comienzan. Es verdad que la jefatura del próximo gobierno tendrá profundas implicaciones en las relaciones palestino-israelíes pero, fundamentalmente, las consecuencias más preocupantes para los futuros dirigentes del Estado judío deben ser las que se están sufriendo dentro de la misma sociedad israelí.
Diferentes conceptos como sionismo o patriotismo, casi no discutidos popularmente desde la creación del Estado, han sido utilizados de modo extremadamente irresponsable y oportunista por varias facciones políticas. Ello ha generado una gran confusión en la que se encuentran sumergidos casi todos los ciudadanos de Israel, una confusión que se resume en muchos casos a banales luchas de bloques, luchas sin límites, que quizás sean lógicas únicamente en un estado que durante la mayor parte de su existencia se ha dado el lujo de determinar unilateralmente sus límites.
Durante cuarenta años una gran brecha se ha abierto entre los bloques denominados "nacionalistas" y "pacifistas". Una distancia que se ve acentuada en estos días. La desconexión entre los diferentes sectores de la sociedad israelí es cada vez más notable y muchas veces se escuda bajo cobardes retóricas que apelan al uso del concepto de "sionismo".
Theodor Herzl, el padre el sionismo politico, nunca habló de conquistas, no escribió sobre opresión, ni apoyó la violación de derechos humanos. Herzl no aspiraba a transferir poblaciones, sólo deseaba un Estado judío para un pueblo sin estado y perseguido. La realización del ideal sionista en su máxima expresión requiere un estado que pueda convivir con sus vecinos. El sueño de Herzl consistía en crear un hogar nacional seguro para todos los judíos del mundo.
Si bien el sionismo a lo largo de la historia siempre encontró la forma de avanzar práctica y realmente, los conflictos con los vecinos árabes y sus malas interpretaciones, hicieron dudar muchas veces sobre las verdaderas intenciones del mismo. Cabe recordar la conflictiva resolución de la ONU que determinó que el sionismo era una forma de racismo.
El sionismo no consiste en incentivar ocupación, opresión, expansión y conflictos internacionales, la idea original de este movimiento político simplemente deseaba crear una sociedad progresista basada en valores judaicos que pudiera vivir y prosperar sustancial y espiritualmente. El sionismo pragmático aceptó la realidad de que no judíos vivirían dentro del Estado de Israel, siendo este un factor fundamental para preservar el carácter democrático del mismo. Esta realidad está expresada y defendida en el Acta de Independencia, una declaración ejemplar que debería servir para recordar a diario en qué principios y valores está basado el Estado.
La ocupación y colonización de los territorios luego de la Guerra de los Seis Días, más que sionismo realizador, fue un asesinato del propio ideal, no sólo desde el punto de vista demográfico que demuestra la catástrofe que ello significa para el carácter judío del Estado de Israel, sino principalmente desde el punto de vista moral y ético, que los judíos deberíamos comprender mejor que nadie.
No podemos dejarnos confundir con las malversaciones que se han realizado sobre el concepto de sionismo, principalmente desde 1967. La firma de tratados de paz con Egipto y Jordania, los acuerdos con la OLP y la Autoridad Palestina y el abandono de territorios ocupados son actos sionistas. Es talvez la mejor forma de salvar el verdadero ideal sionista de un Estado judío que respete dentro de sus límites los derechos de todas las minorías. Pero tampoco nos dejemos engañar; es sólo un comienzo y no una solución; dependerá de los líderes del Estado y de la mayoría de sus ciudadanos que ello no sea el comienzo del fin.
La arena política israelí se encuentra claramente dividida en dos amplios sectores que representan una clásica diferencia entre derecha e izquierda, principalmente delineada por posiciones opuestas en lo que respecta a los conflictos árabe-israelí e israelí-palestino. Ambos bloques no presentan diferencias significativas en los ámbitos socio-económicos como estamos acostumbrados a observar en las democracias occidentales.
Definitivamente el único tema que diferenció a la izquierda y la derecha israelí en los últimos años, y especialmente desde la firma de los Acuerdos de Oslo, fueron las posiciones tomadas en lo que respecta a la paz con los árabes, aunque no podemos ocultar los hechos: si bien el sector político de centro-izquierda fue más propicio a sentarse en una mesa de negociaciones con los enemigos de Israel, los años durante los cuales más se ampliaron los asentamientos y colonias judías en los territorios ocupados fueron aquellos inmediatamente posteriores a la firma de los Acuerdos de Oslo, bajo supuestos gobiernos anti-imperialistas de izquierda. Como se puede ver, el desorden ideológico y moral en lo que respecta a este tema reinó en ambos lados del mapa político israelí. Los catastróficos resultados de la izquierda israelí en los recientes comicios son el reflejo más claro de la confusa fórmula del "Sí pero No".
Cabe recordar que el accionar unilateralista, sin ningún acuerdo de paz, adoptado por Ariel Sharón, fue la base de la campaña del laborismo en las elecciones de 2003, una idea a la que el mismo Sharón se oponía. Entre otros motivos, fue por dicha oposición que Sharón llegó al gobierno. Durante los últimos años mucho ha cambiado en la región: Sharón salió de Gaza y de la vida política, coaliciones gubernamentales cambiaron de dirigentes, el terror de Hamás y Hezbollah convirtieron en realidad los slogans de pánico utilizados por la derecha nacionalista y religiosa, la segunda Guerra del Líbano y el reciente operativo en Gaza dejaron sus secuelas, pero con todo, siempre era posible encontrar al laborismo en un gobierno de coalición nacional apoyando a un ex líder de derecha desaprobado por la derecha tradicional.
Muchos de los mitos ideológicos que sustentaban a la sociedad israelí cayeron y, como consecuencia, hoy podemos observar una imagen, que para quien conoce la historia política del país, parece ser ciencia ficción en su máxima expresión: Tzipi Livni es apoyada por la izquierda. ¿Quién hubiera apostado a que ciudadanos allegados a movimientos pacifistas, socialistas y pro derechos humanos serían aquellos que al fin de cuentas se verían amparados en el partido Kadima y constituirían su principal fuerza de apoyo popular?
Kadima, cuyos principales dirigentes pasan horas en las cortes judiciales o en interminables interrogatorios bajo sospecha de corrupción, fue rechazado por la derecha nacionalista y apoyado por la izquierda pacifista ocupada más que nada en acciones meramente declarativas a nivel internacional como la Iniciativa de Ginebra y de impedir a cualquier precio - incluído el suicidio colectivo - la formación de un gobierno ultra reaccionario. Este insólito romance entre la izquierda israelí y varios de los ex líderes de derecha, responsables en gran manera de la ocupación y colonización en los territorios, presenta grandes interrogantes sobre el rol de los tradicionales dirigentes de la izquierda, especialmente del laborismo.
No hay duda de que en las recientes elecciones generales el voto de la mayoría de los israelíes estuvo incentivado por cuestiones relacionadas con la política exterior y la seguridad. De acuerdo a un sondeo realizado en estos días por el Centro para el Estudio de la Paz de la Universidad de Tel Aviv, el 58% de los israelíes de origen judío apoyan la creación de un Estado palestino independiente, bajo el contexto de un acuerdo de paz. Pero la mayoría de los israelíes no creen que los palestinos estarían dispuestos a aceptar la existencia del Estado de Israel.
Esta discrepancia, que puede ser explicada por la excusa que dio el Ministro de Seguridad, Ehud Barak, a partir del fracaso de las negociaciones de Camp David en julio del 2000, también explica la caída electoral del laborismo y la izquierda sionista desde aquel momento. Durante la rueda de negociaciones de paz en julio del 2000, el entonces presidente palestino, Yasser Arafat, se negó a declarar el fin del conflicto sin que se resolviera la cuestión de los refugiados palestinos. En declaraciones posteriores a este encuentro, Barak - entonces primer ministro israelí - acusó al líder palestino del fracaso y de renunciar a una resolución pacífica del conflicto.
Los dirigentes políticos e intelectuales de la izquierda sionista y de las organizaciones por la paz, si bien tenían un análisis más sofisticado de la realidad, prefirieron hacer eco al razonamiento propuesto por Barak. Para el público israelí ello significaba que las fuerzas que hasta el momento habían impulsado el proceso de paz reconocían el fracaso.
Las implicaciones de la forma en la que fracasaron los Acuerdos de Camp David fueron trágicas. A finales de septiembre del mismo año comenzó la segunda Intifada – que condujo a la subida de Hamás y a una extrema escalada del terror islámico - perdiéndose, hasta el día de hoy, toda esperanza de que el conflicto se llegue solucionar. Las políticas aplicadas por Barak significaron también la derrota histórica e ideológica de la izquierda sionista que desde ese mismo momento no ha hecho más que deteriorarse.
De acuerdo con la encuesta de la Universidad de Tel Aviv, el 35% de los israelíes creen que un gobierno liderado por Netanyahu podrá llevar adelante el proceso de paz y defender los intereses israelíes mientras que un 25% piensan que un gabinete dirigido por Livni conseguirá llevar con éxito el proceso; apenas un 6% creen que la izquierda israelí podría llevar adelante una política de paz. Un reflejo exacto de los resultados electorales.
Estos datos son consecuentes con la historia parlamentaria de la izquierda sionista de los últimos diez años. En las elecciones de mayo de 1999 el Partido Laborista y Meretz habían conseguido 36 diputados; en las elecciones de enero de 2003, 25; en las de marzo de 2006, 24 y en las recientes, 16. El deterioro resulta realmente catastrófico si recordamos que en los comicios de junio de 1992, con la llegada de Rabín al poder, el Partido Laborista y Meretz habían recibido 56 diputados y que junto con Hadash, la lista electoral no-sionista encabezada por el partido comunista israelí, tenían mayoría absoluta en la Knesset.
Las conclusiones son simples. Para la sociedad israelí, la forma en la cual el proyecto de paz del laborismo y la izquierda sionista fue llevado a cabo, ha fracasado, llevando consigo a los partidos políticos que la habían impulsado. Puesta a elegir, a pesar de mostrarse a favor del establecimiento de un Estado palestino, la opinión pública israelí ya no tiene confianza en el proceso de paz. La población judía en Israel optó por una coalición de ultra derecha liderada por Netanyahu, que ahora puede formar un gobierno de amplia mayoría con los partidos nacionalistas y los judíos ortodoxos.
David Ben Gurión solía decir: "Yo no sé lo que el pueblo quiere; yo sé lo que el pueblo necesita". En estas elecciones quedó demostrado que la política de titubear constantemente ante acciones ilegales sólo para satisfacer intereses inmediatos de poder, o la confusa filosofía del "Sí pero No", a la larga se cobran su precio.
El grave problema en Oriente Medio es que el precio siempre se paga con sangre.

Aparheids Árabes

Publicado el por Ariel Dumas

Así como en Saudi Arabia las ciudades de La Meca y Medina son ciudades exclusivas para musulmanes (los no-musulmanes no pueden visitarla), a Irán, Kuwait, Líbano, Libia, Saudi Arabia, Sudán, Siria y Yemen tampoco podría ingresar cualquier persona que tenga un sellado israelí en su pasaporte, y además en Argelia, Bangladesh, Brunei, Djibouti, Malasia (solo con permiso del Ministerio de Seguridad Interior), Pakistan, Somalia, los EAU (solo con permiso del Ministerio de Seguridad Interior) y Yemen (además de los paises mencionados anteriormente) no aceptarían el pasaporte israelí para poder ingresar al país.

Claro que ante estas políticas Jimmy Carter no escribirá un libro para condenarlas, sino que inventará un apartheid en otra zona del globo, ni tampoco todos aquellos acostumbrados a gritar contra Israel y Estados Unidos gritaran contra estas políticas claramente discriminatorias.

Algunos podrán argumentar que esos países están en su derecho a vetar el ingreso a determinados ciudadanos, sin embargo, a diferencia de los rechazos al pedido de una visa, o la deportación en el aeropuerto de ingreso (por diversos motivos) a ese país en este caso se aplica una discriminación sistemática solo por el hecho de ser israelí o haber visitado Israel.

Todo esto viene a raíz de que Shahar Peer, tenista profesiona israelí, le fue denegada la entrada a Dubai para jugar un torneo de tenis de la WTA:

La tenista israelí Shahar Peer tendrá que ver desde su casa el torneo de tenis de Dubai, que comienza hoy, después de que el gobierno de los Emiratos Arabes Unidos le denegara el visado de entrada.

Peer, de 21 años y 49° del ranking mundial, iba a viajar al emirato tras llegar el fin de semana a semifinales en el certamen tailandés de Pattaya, y había sido sorteada para disputar el primer partido contra la rusa Anna Chakvetadze.

“Estamos profundamente disgustados por la decisión de los Emiratos Arabes Unidos (EAU) denegando el visado a Peer, que le permitiría entrar en el país”, dijo Larry Scott, jefe de la WTA.

“Shahar Peer se ganó el derecho a jugar el torneo y es lamentable que los EAU le denieguen este derecho”, agregó.

Lo que es más sorprendente aún es la manera de catalogar a Shahar Peer en la noticia redactada por la agencia DPA y publicada en La Nacion.com:

Sin embargo, las tensiones en Cercano Oriente tras los bombardeos israelíes en los territorios palestinos pusieron fin a toda esperanza de que una antigua soldado israelí fuese admitida en Dubai.

Shahar Peer realizó el servicio militar obligatorio en Israel cuando cumplió los 19 años, a eso se debe su descripción como “antigua soldado”. Señalando esto DPA lo único que hace es hacer propia una de las argumentaciones de los grupos terroristas palestinos para justificar el asesinato deliberado de civiles: “no son civiles, son todos soldados porque alguna vez estuvieron en el ejercito.” En este caso sería legítimo que a Peer, como a cualquier otro israelí se le niegue la entrada a cualquier país por el hecho de haber tenido que cumplir con el servicio militar obligatorio. Supongo que esta agencia de noticias en su manual de estilo tendrá como una de sus reglas señalar la participación de los protagonistas de la noticia en el servicio militar obligatorio de su país y de haberlo hecho descrbirlo como “antiguo soldado”.

Shahar Peer ya había participado en el torneo de Doha (en Qatar) el año pasado.

Ser judío en el siglo XXI

Por: Leon Trahtemberg

Cada vez más parecería que ser judío en el siglo XXI en Europa –y progresivamente en todo el resto del planeta- repetirá lo que significaba ser judío entre los siglos XI y XVII en Europa, cuando estaban en plena vigencia las cruzadas, la inquisición y las expulsiones. Para entenderlo basta convertir algunos términos de antaño a los códigos de la modernidad.

Ya no se trata de que los judíos usen algún distintivo, sino más bien intimidarlos para que no lo usen. Ya no se trata de convertirlos al cristianismo para salvarse, sino al antisionismo. Ya no se trata de prohibir su acceso a las universidades, sino de convertirlos en una minoría oprimida por catedráticos que adoptaron el credo y financiamiento islámico. Ya no se trata de tergiversar el sentido de sus celebraciones religiosas más tradicionales como Pesaj, aduciendo que era la oportunidad para cometer crímenes rituales contra los niños cristianos para extraerles la sangre que se usaría para preparar el pan ázimo (matza). Ahora se trata de tergiversar el sentido de las conmemoraciones nacionales como Yom Haatzmaut (independencia de Israel) y el Holocausto (genocidio judío a manos nazis). Al primero se le asocia el término árabe Nakba (cataclismo palestino) y al segundo se alude para referirse al holocausto palestino (a manos de Israel).

Los escritos de la época en Europa eran expresamente antisemitas, en cambio ahora son anti-israelíes, aunque usando los mismos estereotipos del judío inteligente pero perverso, explotador, inmoral y con pretensiones de dominio del mundo que eran usuales en aquellas épocas. Hablar mal de los judíos era lo corriente en todas las clases sociales al igual que se hace hoy en relación a judíos e israelíes.

Aprovechar del talento de los judíos de modo discreto (los médicos y judíos financistas de las cortes) pero sin dejar de atacarlos en público, significa hoy en día en Europa que sus líderes aprovechen la ciencia y tecnología israelíes, inclusive la militar y el know-how del Mosad, pero en secreto, sin dejar de atacarlos en público, porque es lo políticamente correcto sobre todo en países donde hay una fuerte presencia musulmana… Podría seguir, pero es suficiente.

¿Qué opción tenían los judíos de la edad media? Convertirse, emigrar o quedarse en su país como objeto de agresión o víctima de algún pogrom colectivo o asesinato individual. Algo no tan lejos a lo que les ha tocado vivir a los judíos que vivían en los países árabes desde la independencia de Israel, y que están viviendo hoy los judíos de Europa (podríamos incluir a los venezolanos). La pregunta a los dirigentes judíos mundiales y en especial de cada comunidad es ¿están preparados para este reto? ¿Está educada su juventud para sostenerse con la frente en alto frente a esta avalancha antijudía con el disfraz antisionista?

Cuando vemos dirigentes que agachan la cabeza, se resignan a su suerte, esperan pasivamente que por la mano de Dios o la vocación democrática y tolerante de algunos gentiles respetuosos de las identidades personales pase el temporal (hasta el nuevo round), tenemos que preocuparnos. Cuando vemos jóvenes y adultos ignorantes en temas judíos e israelíes tomar distancias del sionismo, de Israel, someterse a la propaganda palestina amplificada por la mayoría de las agencias noticiosas europeas que colaboran con ella, debemos preocuparnos. Cuando vemos judíos escondiendo su identidad, identificándose con el agresor, atacando a Israel en los momentos en que sus enemigos animan su destrucción, tenemos que preocuparnos. Cuando vemos a intelectuales y líderes empresariales o gremiales brillar por su ausencia en el tratamiento del tema israelí, para no mancharse en un tema complejo e impopular, tenemos que preocuparnos.

¿Cómo a partir de un liderazgo de estas características se va a cultivar una nueva generación de judíos orgullosos de su identidad, activos en su comunidad, presentes en la vida pública sin ocultar su apellido y su origen? ¿Saber recitar los rezos o donar dinero para las causas judías los exime de dar la batalla por Israel, que es la batalla por los derechos judíos?

Afortunadamente hay muchos judíos dignos en los más diversos roles y posturas ideológicas y religiosas que dan la cara y se compran el pleito, cumpliendo el sagrado precepto de velar por la continuidad del pueblo judío, hasta la llegada del Mesías o de la democracia mundial. La pregunta es si en el futuro cercano aún contaremos con la masa crítica de judíos capaces de sostener al pueblo frente a estos retos, o si paulatinamente ésta seguirá diluyéndose como la capa de ozono que en varios lugares del mundo ya no puede impedir la mortal radiación.

Por ahora, Israel pone una fuerte porción de esa masa crítica, que protege aún a los judíos críticos de Israel. Pero si las comunidades judías no hacen su tarea, el calentamiento antisemita global derretirá también a las heladas comunidades anquilosadas y pasivas.

En ese sentido, las intifadas y los ataques de Hizballah y Hamas a Israel deben ser leídos no solo en el terreno de las explosiones antisionistas y antisemitas, sino también en el de la educación y las políticas comunitarias judías.

domingo, 15 de febrero de 2009

Tras las recientes elecciones el tema de la posible división de Jerusalén vuelve a la mesa

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Erick Stakelbeck - CBN News - Israel

La parte oriental de la ciudad de Jerusalén es mayormente árabe. La porción occidental es mayormente judía. Israel controla toda la ciudad desde que la capturó en la guerra de los seis días en 1967.

Pero los lazos emotivos y físicos con la que los judíos llaman “ciudad eterna” van mucho más atrás.

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Nathan Diament, de la Unión ortodoxa dice, “desde nuestra educación más temprana, de nuestras primeras historias y desde los milenios, los judíos siempre han enfocado a Jerusalén en su vida religiosa”.

Nathan Diment es director de política pública de la unión de congregaciones judías ortodoxas, “...durante Yom Kippur, oramos por volver a Jerusalén, al final de la Pascua oramos por volver a Jerusalén. Cuando los judíos oran tres veces al día, oran hacia Jerusalén.”

Diment dice que dividir Jerusalén pondría los sitios santos judíos bajo control palestino como antes de la guerra de los seis días. “Los judíos no podían acceder a sus sitios santos, los Cristianos tampoco tenían mucho acceso a los suyos, sinagogas e iglesias fueron destruidas. Sólo cuando regresó la soberanía israelí a Jerusalén en 1967 la ciudad fue abierta a gente de todas las creencias para que pudieran visitar sus sitios santos”.

Esos sitios incluyen el muro occidental y la iglesia del santo sepulcro, donde muchos cristianos creen que Jesús fue enterrado.

Jerusalén se menciona en la Biblia cientos de veces. Y aunque la ciudad nunca es mencionada en el Corán, los musulmanes la consideran el tercer lugar sagrado del Islam. Es el sitio de la mezquita de Al-aqsa y el domo de la roca donde ellos creen que mahoma ascendió al cielo.

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“Ellos la consideran un lugar muy importante, geográficamente y en sus corazones”, dice Ori Nir, de Americanos por la Paz.

Para los israelíes una Jerusalén unida más que con historia tiene que ver con seguridad. Críticos de la propuesta división de Jerusalén advierten que si la Autoridad Palestina toma control de la parte oriental, podría convertirse en base para que grupos terroristas como Hamas lancen ataques contra Israel.

Mickey Levy, Excomandante de la Policía de Jerusalén lo explica “la distancia que nos protege es corta”.

Mickey Levy comandó la policía de Jerusalén durante la segunda intifada o levantamiento palestino. En ese tiempo terroristas suicidas mataron a 256 israelíes e hirieron a 1.500.

“Si les damos más tierras y más lugares, eso sería muy cercano al área israelí. Podría suceder algo como lo que ocurre ahora mismo en la Franja de Gaza solo que en Jerusalén”.

Aún así algunos dicen que poner a Jerusalén oriental bajo control palestino es necesario para lograr la paz.

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“Será la capital del futuro Estado palestino, y Jerusalén Occidental seguirá siendo la capital de Israel. Todo el mundo, incluyendo el mundo árabe, que ahora no reconoce a Jerusalén como capital de Israel, lo hará”, dice Ori Nir.

Mickey Levy concluye, “lea la Biblia y verá que hace 3 mil años Jerusalén ya nos pertenecía como nación. Es nuestra capital. Es el corazón judío. Nos pertenece. No podemos vivir sin Jerusalén.”

Elecciones

En Israel los resultados de las elecciones generales fueron tan ajustados que se esperan semanas de regateo político para conformar un gobierno.

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La candidata de partido gobernante, Tzipi Livni, dijo que desea establecer un gobierno de unidad nacional. Eela obtuvo la mayoría de votos, seguida muy de cerca por el líder del partido Likud, Benjamín Netanyahu.

El margen fue tan estrecho que ambos candidatos se proclamaron vencedores, quien podría inclinar la balanza es el candidato Avigdor Liberman, quien quedó en tercer lugar. El debe decidir a cual de los dos primeros da su apoyo.

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Pero ¿cómo afecta el resultado de las elecciones a los cristianos y judíos mesiánicos que viven en Israel?, Mundo Cristiano conversa con el pastor Angel Gerber quien dirige un ministerio para hispanos en la cuidad de Tel Aviv.

“La coalición se está formando de la siguiente manera; Tzipi Livni a cargo del primer Ministro y estaría formando un gobierno de coalición con Avigdor Liberman. Y esto es importante porque Liberman con una propuesta bastante secular que va a permitir un equilibrio para que los mesiánicos pueden tener una mayor participación.

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De hecho él pedía que todos los cristianos, los católicos israelíes voten por él, porque iba a tener una propuesta bastante interesante. Estamos esperando que Dios haga la obra”.