jueves, 20 de noviembre de 2008

Al Zawahiri acusa a Obama de traicionar sus "raíces islámicas"



Por apoyar a Israel

El terrorista de Al Qaeda envió un mensaje desafiante y descalificador al electo presidente estadounidense Barack Obama. "Es justo lo contrario de los honorables negros estadounidenses", como el activista Malcolm X, asesinado en 1965, afirmó
EP/eldiarioexterior.com

El ´número dos´ de la red Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, ha acusado al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, de traicionar sus "raíces islámicas" dando su apoyo a Israel, según un mensaje sonoro.

Asimismo, advirtió a Obama de que si mantiene la política de su antecesor, George W. Bush, en Irak y en el mundo árabe, deberá enfrentarse a las consecuencias e instó a los musulmanes de todo el mundo a seguir cometiendo ataques contra la "criminal América".

Al Zawahri advirtió además a Obama sobre sus planes de enviar refuerzos a Afganistán y dijo que están destinados al fracaso, porque los afganos se resistirán.

Livni: "Si los israelíes son atacados, usaremos la fuerza para defenderles"


La ministra de Asuntos Exteriores israelí y presidenta del partido Kadima, Tzipi Livni, advierte que Israel recurrirá a la fuerza para defender a sus ciudadanos si son atacados por milicianos palestinos desde la Franja de Gaza.
Roberto Arias

La candidata a la presidencia de Israel manda un claro mensaje en vísperas de la reunión entre Olmert y Abbas. "Las normas respecto a Gaza son claras: si reina la calma y el tiempo que dura el alto el fuego no se usa para preparar el próximo ataque, Israel mantendrá la situación en calma. Pero si los ciudadanos israelíes son atacados, usaremos la fuerza para defenderles", afirma Livni en declaraciones recogidas por el diario The Jerusalem Post.

"Israel no quiere una escalada, pero no podemos sentarnos ociosamente mientras el alto el fuego se infringe una y otra vez. La otra parte debería saber que llega un momento en que Israel dice basta ya", subraya. Durante la última semana, tanto el Ejército israelí como los milicianos palestinos han incumplido el alto el fuego pactado en la Franja de Gaza, estos últimos disparando cohetes contra el sur de Israel.

En las últimas horas el ministro de Defensa, Ehud Barak, ha indicado que una de las opciones que podría barajar Israel frente a los ataques en una operación militar de gran escala en la Franja de Gaza.

El Ejército israelí y las fuerzas de seguridad "seguirán actuando con firmeza frente a Hamás y otros actores extremistas en la Franja de Gaza. Llegará un momento en que tengamos que decidir sobre una operación de gran escala porque no podemos sufrir que la tregua se incumpla continuamente", anuncia Barak.

El ministro reitera que, en caso de que sea necesario, se pasará de las palabras a los hechos porque el Ejército y las fuerzas de seguridad están "preparados para una acción decisiva, y esto será doloroso para la otra parte". No obstante, aclara que sólo se debe elegir la acción militar "cuando todas las demás opciones han fracasado, y no al revés".

lunes, 17 de noviembre de 2008

Obama: los judíos y el mundo


Aunque en dos ocasiones me he referido en esta columna a la candidatura de Barack Obama, su categórica victoria y el aumento de la fuerza del Partido Demócrata en ambas cámaras del Congreso constituyen un fenómeno de tanta significación para los Estados Unidos y para el mundo entero que es imposible no ceder a la tentación de dedicarle otro comentario.
Lo hago desde la perspectiva judía, que incluye naturalmente la perspectiva israelí, y no puedo sobreponerme a otra tentación, la de mencionar nuevamente mi pequeño libro de 1958 sobre el apoyo brindado por ls organizaciones judías a la entonces tan castigada minoría de color en la América del Norte. Hay alguna relación entre ese apoyo y sus resultados y la elección de un hombre de color como presidente.
Quiero asimismo enfatizar que el trabajo me fue encomendado por la DAIA, entidad representativa de la colectividad judía de la Argentina, cuyos dirigentes evidenciaron madurez y visión, comprendiendo la importancia de la cooperación entre judíos y negros, cooperación que sin la menor duda dio sus frutos durante mucho años.
Lamentablemente, en las décadas recientes se produjo cierto distanciamiento entre las dos minorías, ligado indudablemente a cambios de actitud, a problemas de política internacional y local, a la aparición de nuevas presiones e influencias que modificaron muchísimo la posición de la minoría de color y en cierta medida la de los judíos de los Estados Unidos.
Los judíos de ese país siempre votaron en su gran mayoría por los demócratas y lo mismo ocurrió esta vez, a pesar de que hubo quienes sostuvieron que los judíos tendrían dificultad en brindar su apoyo a un candidato de color. No ocurrió así y parece claro que los judíos de los Estados Unidos participaron plenamente en el estado de ánimo que Obama logró consolidar en la población americana. El corresponsal del Haaretz” en Nueva York informa que el 78 por ciento de los judíos americanos votaron por Obama. Cita también una frase muy pertinente del jefe de la iglesia baptista en Harlem, hombre influyente en la comunidad de color y uno de los oganizadores de la celebración triunfal que se llevó a cabo en ese barrio neoyorkino: ``La alianza histórica entre negros y judíos en los Estados Unidos -dijo- no es tan sólida y promisoria como lo fue en la época del movimiento por los derechos civiles, pero la elección de Obama como presidente crea una nueva oportunidad para revitalizar y fortalecer la alianza y los lazos entre ambas comunidades”''.
Es de esperar que así sea. Desde el punto de vista judío, no cabe dudar que ello, además de ser una lógica secuela de la historia de las relaciones entre ambos grupos, es muy deseable. Se trata de una alianza de sentimientos e intereses, muy consistente con la tradición del pueblo judío en la lucha por los derechos humanos y de las minorías en particular. La influencia judía en la elaboración de instrumentos internacionales en favor de las minorías, todas las minorías, es del dominio público.
Dicho esto, es justo indicar que la victoria de Obama no puede ser percibida en términos parroquiales. Es un acontecimiento político de enorme significación global, internacional. La falta de simpatía por el régimen del presidente Bush en la opinión pública de su país, reflejada en el hecho de que la enorme mayoría de la prensa del mismo dio su claro apoyo al candidato demócrata, así como el rechazo de la política exterior de Washington en casi todo el mundo, expresada en su aislamiento en los foros internacionales, está llamada a cambiar en la era de Obama, a ambos niveles. Ello seguramente se traducirá en medidas internas y en cambios en la orientación exterior.
Si bien cabe presumir que el nuevo Gobierno concentrará su atención inmediata en la crisis financiera y económica que afecta al país, es razonable prever que deberá muy pronto dar respuestas positivas y concretas a las cuestiones de carácter internacional, entre las cuales la cuestión de Irak, las amenazas de Irán, el terrorismo internacional, la tensión con Rusia, el deterioro de la posición de Washington en la América Latina y, desde luego, el Oriente Medio, son temas que Obama y sus colaboradores deberán encarar desde el día mismo de su asunción del poder.
En Israel, por motivos obvios, la cuestión de Irán es de primerísima preocupación. Si de Jerusalén dependiera, las amenazas del régimen de Teherán deberían ocupar el primer lugar en la atención de Obama, tal vez junto con los esfuerzos para apurar el proceso proclamado en Annapolis.
Es ingenuo pensar que las prioridades israelíes son idénticas a las prioridades del presidente electo. Pero es legítimo confiar que un político que ha evidenciado las dotes que llevaron a Obama a la victoria tendrá la visión necesaria para comprender que las prioridades israelíes coinciden en alta medida con las necesidades y los intereses de la comunidad mundial.
Irán amenaza no solamente a Israel. Este tema mereció en el pasado mucha atención de Washington, y seguramente lo mismo sucederá en el futuro.
La opinión mundial recibe con gran beneplácito la nueva era que la elección de Obama anuncia. Las condiciones personales y el carisma que el presidente electo ha puesto en evidencia, la razonabilidad de sus formulaciones, la magnitud de su victoria y, sobre todo, la significación histórica que tiene la asunción de la primera magistratura del país más poderoso del globo por un hombre perteneciente a una sufrida minoría que supo basar su postulación en consideraciones objetivas, básicamente humanitarias, -lejos de ser sectarias-, todo ello promete el comienzo de una nueva era llena de esperanzas para el mundo entero.
Es de esperar que la euforia y las emociones que la elección de Obama ha provocado en todas las latitudes anuncien una nueva realidad que supere el muy inquietante estado de cosas que prevaleció antes del comicio.