martes, 17 de febrero de 2009

El futuro de las relaciones israeloamericanas en peligro


¿Nos dirigimos hacia un período de tensiones diplomáticas entre Israel y su aliado más fiel, Estados Unidos? Según una información publicada en la prensa israelí, la actitud de la nueva administración americana sobre algunos expedientes fundamentales tendría que comenzar a preocupar mucho a Jerusalén…

Primera posible causa de tensión entre Jerusalén y Washington: el nuevo mapa político después del escrutinio del pasado 10 de febrero. No se trata, naturalmente, de una injerencia directa en los asuntos internos de Israel.

No obstante, y no es un secreto para nadie, la administración Obama habría preferido que triunfase una mayoría más dispuesta a aceptar compromisos territoriales. El Secretariado de Estado habría comunicado la esperanza de Washington de ver un Gobierno de unión Likud-Kadima. Es lo que afirmó uno de los líderes del Likud.

La cuestión de los asentamientos israelíes en Judea-Samaria podría también desconcertar al próximo Gobierno israelí. Según algunas fuentes diplomáticas, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, tendría la intención de ejercer presión sobre Israel para obtener el cese total de la construcción de los asentamientos.

Sobre el expediente iraní, la preocupación israelí es manifiesta, debido al retraso por parte de la nueva administración americana, la cual debe definir una posición clara sobre el programa nuclear de Teherán. Jerusalén teme que la fase del diálogo con Irán, promovida por Washington, tome demasiado tiempo, y que el régimen de los Molahs lo aproveche para progresar hasta la obtención del arma nuclear. Según Jerusalén, en caso de fracaso de las negociaciones entre Washington y Teherán, las sanciones internacionales contra Irán deberían ser más severas.

Hay que señalar que después de Irán, la próxima etapa de la reconciliación americana pasa por Siria. La prueba, el senador demócrata John Kerry, jefe de la comisión senatorial de las relaciones extranjeras, viajará a Damasco la próxima semana.

Una visita en el momento justo, puesto que en el mismo momento, EE.UU ya habrá nombrado a un embajador en la capital siria. Una primicia desde que fue repatriado el último embajador en 2005, a raíz del asesinato del Primer Ministro libanés Rafic Hariri, en el que Siria había sido señalada con un dedo acuasdor.

Por fin, Israel teme un cambio de actitud de Estados Unidos sobre la segunda conferencia internacional contra el racismo, que se celebrará en Ginebra en el mes de abril. Los Consejeros del Presidente Obama intentan convencerle para que envíe delegados, a pesar del compromiso asumido por su antecesor, George W Bush, sobre el boicot americano de la conferencia, bautizada como “Durban 2”.

La primera conferencia internacional sobre el racismo; organizada por la ONU en 2001; había causado un verdadero desencadenamiento de declaraciones y manifestaciones antiisraelíes y antisemitas, lo que condujo a las delegaciones israelí y americana a abandonar la conferencia. Por ello el boicot de Durban 2, por parte de Washington, parecía hasta ahora garantizado.

El próximo Gobierno israelí, cualquiera que sea su composición y la identidad de su jefe, tendrá mucho por hacer para que las relaciones con el aliado americano sigan siendo tan positivas como durante estos últimos años.