martes, 10 de febrero de 2009

Judíos contra sionistas: Un cuento odioso aunque nunca insidioso


Por Rafael "Grillo" Videla Monberg (*), especial para Agencia NOVA.

La tirria entre israelíes y palestinos viene de la leyenda milenaria que cada libro sagrado cuenta a su manera, coincidiendo en denominar claramente a los israelíes como “El Pueblo Elegido”. La Biblia, el Antiguo Testamento como el Talmud, Tanaj (Biblia hebrea) y la Torah le ofrecen tal tratamiento y da pautas históricas del enfrentamiento. Pero por qué semejante odio si es más fácil convivir entre vecinos, mejor negocio, más económico, más inteligente y hasta más saludable. Los hebreos son milenarios pero el Estado de Israel es recién nacido, sólo 61 años y tanta guerra... Encerrados en el nuevo país han quedado cientos de miles de árabes/palestinos que han aceptado la ciudadanía, por lo tanto existen los palestinos judíos aunque sean considerados de ínfima categoría.

Como el que esta nota escribe en general poco o nada se sabe sobre el rencor que se guardan, así que ávido de rescatar la tradición, hace unos días leyó en Agencia NOVA a una terapeuta llamada Daleth González que, con pocas palabras, nos brindaría un esbozo desconocido de los contendientes. Parece que la cosa viene de muy lejanos milenios y se asemeja a un culebrón de novela siestera, pero no lo es y la realidad muestra horrores incalificables, ataques, muertes, mutilados, olor a injusticia y ruido de alaridos entre el humo, la metralla y las turbinas a full de aviones regando racimos de bombas de racimos... hoy hasta potencia atómica, antiguamente la misma sopa pero a cuchillo limpio... Del embrollo nacen tres religiones monoteístas, la Hebrea (su dios Yavhé), la Católica (quiere decir Universal) y la Musulmana (viene de Islam, significa sumisión a la voluntad de Dios), así que nos toca de lleno, somos aparte de argentinos Católicos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o parientes de judíos y musulmanes. En nuestra república también la sangre llegó al río... atentados, el más asqueroso la bomba a la AMIA.

Unos 1100 años antes de Cristo, Salomón, hijo de David, murió desencadenando la rivalidad contra las 12 tribus, las diez del norte formarían Israel y las otras dos del sur formarían el Reino de Judá. Desde el cisma aparecen los Profetas en defensa de la fe en Jehová y en detrimento de las costumbres religiosas de los cananeos, considerados más primitivos. Los nuevos dioses son sólo uno y avanzan en el concepto de humanismo actual porque la divinidad es justa, moral, tierna, llena de amor al prójimo y es didáctica... Luego estructuras políticas religiosas le darían otro cariz.

Usando acento popular la cosa parece medio tanguera, el tema es de polleras. Sara era la esposa medio fule del patriarca, las tenía todas en contra, aparte de vieja resultaba estéril. Abraham, descendiente de David, hombre al fin, hizo traer a su vera a una muchachita bella y sana con apenas bellos en los sobacos, extraída entre las esclavas egipcias. Agar resignaría su virginidad ante el amo, no fue estéril, su hijo primero se llamaría Ismael, dejando solucionado la continuidad de la estirpe del patriarca. Pero los imponderables aparecieron, el heredero quedó descartado. Éramos poco y parió Sara. En arameo isaac quiere decir “risa”, y ese nombre se le puso al hijo que la anciana y fea mujer verdadera le dio al fin de cuentas bastante a destiempo por cierto. Y desde allí comenzaría el bolonqui. Puede deducirse que el famoso y alabado Abraham se quedó con el hijo “legítimo” y a la esclava concubina con su hijo los pateó olímpicamente. Judíos y palestinos son todos árabes.

Los israelitas provienen (no se lo juro) del matrimonio como Dios manda Isaac (dicen los relatos monoteístas) y los que provendrían de Ismael serían los ismaelitas o agaremos, o sea los árabes o palestinos. Provienen de medios hermanos, pero con sangre sagrada ¿? al fin. Claro que como ocurre en las mejores familias los palestinos serían menospreciados por los legítimos. Un día los romanos destruyeron Jerusalén expulsándolos, así la historia de los hebreos en Palestina quedaría trunca, se desperdigaron por el mundo entero unidos por una fe y voluntad a toda prueba, conservaron costumbres, raza, lengua, religión y el ansia poderosa de retornar y empezar de nuevo... Siglos de diáspora, y ese mérito no es moco de pavo. Les destaca el coeficiente intelectual elevado, lo emprendedores y tozudos trabajadores. Hábiles comerciantes como lo son también los palestinos.

En el 1945 la Segunda Guerra Mundial da por terminadas matanzas a izquierdas y derechas, es entonces que la Sociedad de Naciones aprueba un mandato inglés dónde se impone la creación de un estado u “hogar nacional para el pueblo judío”. Metiéndose a codazos limpios la ONU decide partir por lo sano otorgando un cacho para los judíos y otro para los palestinos. Entonces, con la emoción de tanta persecución a través de la historia, el Estado de Israel renace un 14 de mayo de 1948. Los judíos sobrevivientes del exterminio nazi (Shoa'h) y desde todos los confines de la tierra tenían por fin un hogar común. En Inglaterra existía un movimiento judío armado denominado Legión Judía, la cual tiene su rol en la independencia de Israel. Los sionistas van poco a poco inmigrando a la zona y crean una guerra de guerrillas de liberación llamada “Hashomer”, las que actualmente si existieran serían tachadas de Agrupación Terrorista... ¿o todavía existe? Israel significa “el que lucha con Dios” y se escribe “Ysra´el” (sacado del Génesis, 32:28-30) El Antiguo Testamento está escrito por judíos y el cristianismo a partir de Jesús escribe El Nuevo Testamento.

Al principio los asentamientos de “los legítimos” como la de los “ilegítimos” estuvieron ocupados a lanza cruel por los imperios del turno histórico, por lo que los aborígenes formaron su defensa popular y secreta, los Iscariotes contra el imperio griego, de quien Judas Iscariote fuera uno más del movimiento de Liberación de entonces, ajusticiaban a cuchillo limpio dando el nombre de cipayo al combatiente. Dicen los cuentos populares rescatados por la misma Biblia, que se reconocían por usar unos pañuelos sobre sus cuellos que los hacían inconfundibles, preparados políticamente lo que decidían en discutidas asambleas lo llevaban a la práctica. Vendrían a ser lo que en nuestra patria los del ERP. Subsistieron hasta el nuevo imperio de ocupación, más sofisticado, organizado y si se quiere refinado políticamente, el Imperio Romano nada menos. A éste los semitas, árabes, hebreos, judaicos, palestinos o cómo quieran llamarlos, organizaron una guerrilla activa, ágil que respondía al concepto nacionalista, o sea que serían lo que fueron en nuestra reciente historia los Montoneros. Llamados Zelotes, se sospecha que el papá virtual de Jesús, “José El Carpintero”, fuera uno de sus combatientes, y hasta hay estudiosos que especulan conque murió malamente por dar cobijo a compañeros de militancia que eran perseguidos por una legión romana... apoyada por la curia de entonces.

Años 132 antes de Cristo, el primer asentamiento judío formado por una familia de sacerdotes judíos. La dinastía (oligarquía) Hasmonea fue reconocida por el imperio griego y romano y gobernó al pueblo judío hasta la intervención romana. Contra ellos combatieron los Iscariotes y Zelotes.

Le seguiría un segundo asentamiento independiente de Roma (los Estados Jodidos en aquel tiempo) en el centro el país de Canaán, pero el malito que suplantaba a Busch entonces, un tal Emperador Adriano los aplastó literalmente allá por los 135 años de nuestra era. La utopía les duró casi tres años... Adiós hasta nuestros días el sueño del Estado Judío. Los que sobrevivieron a la cruel persecución emigraron a los cuatro puntos cardinales y la región pasó a llamarse “Siria-Palestina”. Palestina, me decía un abuelo memorioso como la gran siete, es derivada de antiguos movimientos subversivos adversarios a muerte de los judíos, los recordados “Filisteos”.

La región soportó las Cruzadas, que con el filo del odio contra “los herejes” la espada católica hizo de lo suyo, no crean que fueron joditas armadas blandas y suaves como caspita de angelitos. El poder de los papados, terrible e impiadoso, les disolvió por el mundo en un drama de exilio que se conoce como Diáspora condenando a los judíos a soñar durante siglos -con anhelo infinito- regresar a casa...

Desde el 1800 poco a poco regresaban guiados por la estrella del sueño común, se asentaban a orillas del Tiberiades hasta comprar terrenos en Jerusalén a pesar de ataques incesantes de los medio/hermanos por sangre, religión, historia y vecindad. Los árabes atacaban con igual encono a los cristianos y peregrinos como a los lugares sagrados que fueron custodiados por los temibles Templarios (hoy Opus Dei). Dicen los historiadores que a principios del 1900 Palestina y la zona estaban dominados por el Imperio Otomano, llamados por nosotros “los turcos”... Los judíos compraban tierras a las autoridades otomanas y a los terratenientes árabes, surgiendo de esta forma los primeros asentamientos agrícolas. Es en esta época cuando pueden apreciarse las primeras tensiones muy graves entre árabes y judíos.

Hoy en día hay palestinos intransigentes se oponen a todo trato que no sea la desaparición del Estado de Israel. Le quieren borrar del mapa y los judíos lo saben, lo sufren y equivocan la defensa matando a desnivel militar lo que pillan que huela a moro, y caen asesinados inocentes, niños, madres, abuelas entre armas prohibidas por la Convención de Ginebra. Y el cuento se torna sangriento cíclicamente, no hay tregua para la paz sino para reanimarse, rearmarse y seguirse mortificando...

Con bastones y cuchillos, un día del 1929 son palestinos quienes ejecutan sin misericordia la Matanza de Hebrón (1), furiosos por la venta de cristianos habitantes de Jerusalén a compradores judíos. Estaba a cuento: unos peleaban con piedras, cañitas voladoras, con lo que podían, y los otros usando la inteligencia (que en eso son capos), que a nadie se le escapa que los títulos de propiedad sumados resultan soberanía... En nuestra Patagonia ocurre una invasión silenciosa de ese tenor, no crea que el invento es sólo para los hebreos.

El odio antisemita llevaría al líder palestino Amin al-Husayni, antecesor de Arafat, a comportarse como principal aliado del Tercer Reich. Todito por el cuento de la propiedad privada, la venta y compra del terruño, lo estratégico, lo invendible. Cuesta creer pero que pasó pasó... y en nuestra Argentina esperamos que algún día no demasiado tarde aprendamos la moraleja y no sigamos mal/vendiendo nuestras tierras, glaciares, mares de petróleo, macizos cordilleranos, montañas de oro, uranio y millones de cabezas de animales lanudos, sanos, argentinos.

Propiedades nacionales como la bandera azul y blanca con sol esplendente en el centro, todo no tan simbólicamente cedido a foráneos que nunca se sabrá que estrategias los guían... Jamás se olvidará Malvinas al tiempo de exigir que las tierras que Menem regaló sean expropiadas ni bien pase la recesión mundial o ante ella aprovechando el caos. Un Fondo Patriótico bien podría acercar compatriotas de todos los lugares, colores, ideologías y religiones, unidos por el sueño que unió a nuestros próceres...

A finales del 1949, Jerusalén, foco y pretexto de conflictos, es proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas como un corpus separatum bajo un régimen internacional administrado por la ONU. Nunca aceptado, al contrario, alegando “conquista obligada”, Israel la declara en 1950 capital eterna e indivisible del Estado. Otra vez sopa y pasto para combustible de nuevos y encarnizados conflictos, guerras desiguales abiertas y demás yerbas, caldos de cultivos para odios virulentos, vergonzosos para la eSSSpecie humana y su avance como civilización.

El cuento no encuentra sonrisas, sólo fiestas de alegría ante alguna efímera matanza considerada triunfo...¿? Un cuento que habla de carnicerías, persecuciones, atropellos, estructuras religiosas espantando acuerdos, fanáticos con y sin el Diablo como socio. Sus creencias matan.

Jerusalén ha sufrido devastaciones de no quedar piedra sobre piedra y eso nos recuerda nada menos que a los recientes bombardeos asestados sin escrúpulos sobre los que viven en Gaza... Palestinos viendo morir sus hijos a manos del sionismo gobernante y judíos viendo explotar niños palestinos para convertirse en mártires de Alá, o sea en pedazos mezclados con los pedazos de otros niños judíos... Una crueldad extrema y aunque desproporcionada de fuerzas igualmente impiadosa, inaceptable.

El primer Presidente o Primer Ministro profiere una frase inequívoca a cuenta de lo que vendría hasta el día de hoy, finales del enero del 2009. El polaco David Ben Gurion aseguró el 12 de diciembre de 1948: "El sionismo ha alcanzado su meta el 14 de mayo de 1948 con la creación del Estado Judío. Este, sin embargo, no es el fin de nuestra lucha sino que empezamos hoy y tenemos que seguir hasta crear un Estado desde el Eufrates al Nilo. Tenemos intención de conquistar más y más"

Y pasaron como si nada la guerra de invasión de los seis días donde conquistan con sus armas territorios que llegan hasta el mismo Egipto. Humillan Los Altos del Golán arrebatada a Siria, hacen la Franja de Gaza para desmembrar la unidad territorial Palestina... asientan colonias judías en territorio apoderado por el uso del cañón marino, aéreo y terrestre... Se lucha contra sus vecinos y éstos empeñados en hacerles la vida imposible porque se consideraron y consideran invadidos -los de Hamas son tan intransigentes como los israelitas y en ambos prima lo religioso. ¿Es su lectura estricta algo que produce el bien o provoca fanatismo y guerras fraticidas? Es verdad, han sido invadidos, inconsultos a manos de los europeos presionados por el poder económico sionista. No obstante ello, la realidad da por sentado que los judíos deben tener su Hogar dónde vivir en paz, y esa es Israel. Jerusalén, más que de uno u otro, de la humanidad. Palestina con mapa fijo pero unida a Gaza y al mar. Todo un laberinto que no lleva a ninguna paz duradera para nadie mientras no aflojen pretensiones, sepan perdonarse mutuamente y trabajar como medios hermanos en bien exclusiva de los descendientes.

¡La paz sea con vosotros; Shalom; Uas salamu alaicum!

(1) Es una de las cuatro ciudades santas del judaísmo, en ella está la tumba del Patriarca Abraham y es donde David resultó coronado Rey de Israel.