Mujeres
¡Ha oído usted bien!: Tres mujeres al frente de las altas Magistraturas de poder efectivo en un Estado de Oriente Medio. Ese país no puede ser otro que Israel, el único Estado democrático, como el nuestro, en el arco que va desde Marruecos hasta la India.
En un país donde un articulista no tiene empacho en demostrar públicamente su ignorancia, afirmando que los Salmos del Rey David pertenecen a la Torá o Pentateuco, es muy probable que las elites, no digamos la mayoría, desconozcan que hay un país de Oriente Medio en el que la presidencia del Parlamento, del Tribunal Supremo, y, probablemente pronto, la de su Gobierno, están desempeñados por mujeres. ¡Ha oído usted bien!: Tres mujeres al frente de las altas Magistraturas de poder efectivo en un Estado de Oriente Medio. Por supuesto, ese país no puede ser otro que Israel, el único Estado democrático, como el nuestro, en el arco que va desde Marruecos hasta la India.
La coincidencia no es anecdótica o desconocida en la historia de Israel, donde las mujeres han desempeñado un papel fundamental –de liderazgo muchas veces decisivo– en su vida social, política: desde Judith y Esther hasta Golda Meir; donde las mujeres no sólo tienen plena igualdad jurídica con los hombres, sino un papel social vital, en todos los ámbitos (desde la defensa hasta la economía, pasando por la docencia). En fin y aunque la frase suene a tópico: una isla de democracia en un mar de oscurantismo y dictaduras, donde el principio ideológico dominante al respecto es el de "la mujer, la pata quebrada y en casa". En el supuesto de que usted niegue o ponga en duda esta afirmación nuestra, le pedimos que, por favor, nos indique donde se encuentra ese otro Estado.