miércoles, 8 de octubre de 2008

¿Combatir o negociar?



Por Caroll Azoulay para Guysen International News

En vísperas de una de las conmemoraciones más solemnes del calendario judío, miles de personas se reunieron en la plaza Rabin de Tel Aviv “para pedir perdón a Guilad, por no haber podido liberarlo” de las garras del Hamás. Ya son 834 los días de cautiverio de este joven israelí, víctima de un arbitrario que ninguna mediación parece en condiciones de vencer. Si su nombre es oido regularmente, es difícil saber si se emplea como un arma diplomática, una moneda de intercambio, o como la señal de una terrible derrota para todos los partidarios de los derechos humanos. A través de una entrevista interpuesta, Bernard Kouchner y Jaled Mashaal hicieron la demostración. Descodificado.

“Francia prosigue sus esfuerzos para liberar a Guilad Shalit y ayuda en la transmisión de mensajes entre los protagonistas”, afirmaba el ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, el pasado domingo 5 de octubre al jefe del partido de extrema izquierda Meretz, Haim Oron.

Más tarde, en una rueda de prensa el tono ya era menos tranquilizador cuando se trataba de dar detalles sobre los famoso “mensajes” transmitidos por Francia.

Midiendo sus palabras, el Ministro se expresa en una lengua casi codificadada: “Si nos lo piden, pienso que estaríamos ya no sólo dispuestos, sino que pediríamos, consultaríamos a nuestros aliados, a nuestros amigos en la región, y lo haríamos”. Y consciente de la necesidad de ser más conciso, precisa: “Si tenemos la posibilidad de hacer algo, lo haremos”.

Una declaración completada con justificaciones que casi parecen excusas: “Nada por ahora nos impulsa a estar activos, para no molestar a los que ya lo intentan, para no interferir, para no romper las negociaciones, negociaciones influyentes, que ya se están llevando a cabo”.

Turquía, Egipto, e incluso Quatar y Siria - cuando el Presidente francés, Nicolas Sarkozy otorga (el 4 de septiembre) a Bashar El Assad una misiva escrita por Noam Shalit con destino a su hijo, la cual sería transmitida al emir de Qatar y luego a Jaled Mashal - las influencias existen, son numerosas, pero del mismo modo inútiles, vista la falta de desarrollo en este doloroso expediente.

Y… a pesar de que Francia se implicó totalmente desde el secuestro del soldado, en favor de su liberación, las declaraciones de Bernard Kouchner dejan entrever una pérdida de influencia en la Resolución del problema.

Hay que decir que Francia se acorrala ante un delicado dilema. ¿Es necesario, o no, hablar con el Hamás para obtener, en particular, la liberación de Guilad Shalit?

En una intervención televisada el 24 de abril, Nicolas Sarkozy afirmaba: “Como jefe de Estado, no debo hablar con el Hamás. No puedo hablar a la gente que pide borrar a Israel del mapa, y no puedo hablar con el Presidente iraní”.

Dos meses más tarde, día por día, desde Belén esta vez, el Presidente francés repetía a su homólogo Mahmud Abbas: “El Hamás se equivoca actuado como lo hace. No se crea la paz con el terrorismo y no se negocia con los terroristas. Es válido para el Hamás y para todos los que se comportan de la misma forma”.

Un tono que sin embargo sería contradicho por las declaraciones de un diplomático jubilado francés de alto nivel, al Fígaro.

El 19 de abril, Yves Aubin de La Messuzière afirmaba haberse reunido, un mes antes, con Ismael Haniyeh y Mahmud Zahar, los dos principales líderes del Hamás en Gaza. A pesar de que Yves Aubin de La Messuzière precisaba que no se trataba “de una misión oficial” habían muchas dudas al respecto.

Dudas cada vez más presentes si se escuchan las palabras de Bernard Kouchner, que en la misma rueda de prensa indicaba: “Oficialmente, no tenemos ningún contacto con el Hamás pero oficiosamente, hay organizaciones internacionales que entran en la Franja de Gaza, en particular ONG francesas, que nos dan información”.

Siempre esta dicotomía entre “oficial” y “oficioso” que lo es todo en el idioma de la diplomacia…

Y Jaled Mashal, el jefe Político del Hamás, en exilio en Damasco, lo entendió muy bien, todo está en el matiz, en particular, con Francia.

En una entrevista publicada en Le Figaro el pasado lunes 6 de octubre, haciendo eco del discurso de Bernard Kouchner, K.Mashal explica: “Hace mucho tiempo que esperamos una iniciativa de Europa, y más concretamente de Francia. Esta espera es tanto mayor que los Americanos, por su parcialidad en favor de Israel, se descalificaron como mediadores. Existe hoy un vacío, que requiere una iniciativa de Francia”.

¿Invitación al diálogo? ¿Confirmación de contactos secretos? Una cosa sigue siendo segura: las negociaciones para la liberación de Guilad Shalit “están en un punto muerto”, según Jaled Mashal.

¿Francia está en condiciones de “resucitarlas”?

“No se negocia con el terrorismo, se combate”, indicaba Rashida Dati, Ministra de Justicia, y fiel teniente del Presidente Sarkozy, recientemente de visita en la región.

Y felicitándose por otra parte de haber escuchado a Shimon Peres afirmar que “negociar no es una señal de debilidad, sino una señal de fuerza”.

¿Será necesario pues combatir o negociar con el Hamás para que Guilad Shalit salga por fin de la oscuridad? Francia tiene quizá la respuesta…