Tras un vistazo a las cuentas de la economía israelí, nadie diría que es un país con 60 años de conflictos. Las empresas de innovación tecnológica relacionadas con el software o los chips son buques insignias de la economía y, después de EE UU, es el país con más empresas en el índice de valores tecnológicos Nasdaq, tiene una tasa de paro por debajo del 7% por primera vez desde los noventa y una economía que lleva cuatro años consecutivos creciendo por encima del 5%.En Israel la ausencia de una burbuja inmobiliaria, la existencia de un sistema bancario a salvo de hipotecas subprime y un crecimiento dependiente de las exportaciones de productos tecnológicos explican por qué la crisis global no lo golpea en igual intensidad que al resto del mundo. Sin embargo, llegará en la segunda mitad del 2008, pero con menor intensidad que en otros países. El sistema bancario israelí cuenta con sobreprotección crediticia que evita los vaivenes y cuenta con un mercado inmobiliario relativamente sano.
En el capítulo económico preocupa la desigualdad de un país en el que las cifras macro no cuadran con la distribución de la riqueza. La desigualdad se manifiesta en la población árabe-israelí y con la comunidad de los judíos ultraortodoxos, que acostumbran a tener un ejército de hijos y que en buena parte viven de subsidios estatales y dedican su vida al estudio de las Escrituras. Apesar de la desigual distribución, las exportaciones -suman el 45% del PIB-, (en especial los productos de alta tecnología) dan muestra de notable crecimiento. Operan en Israel 3.361 empresas de alta tecnología, cuyo destino final, EE UU, enfrenta un dólar en baja con el que es muy difícil competir. Sin embargo, empresas como Microsoft o Intel abrieron uno de sus pocos centros de desarrollo fuera de Estados Unidos no es una casualidad. Hoy, Israel atrae más capital riesgo que ningún otro país al margen de EE UU y son las exportaciones de productos de alta tecnología las que tiran del carro de la economía nacional.
El cuidado y la promoción de la materia gris han sido en buena parte responsables de la fortaleza de la economía israelí. Según los datos, en 2005 se fueron 25.000 israelíes fuera del país. En la sociedad israelí, los que tienen buenos ingresos deben costear, con sus impuestos, grandes grupos sociales entre los que destaca la población ultraortodoxa.cidpal